“Manual ilustrado de un proxeneta”

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El “Manual ilustrado de un proxeneta” explica las principales técnicas que usan proxenetas y tratantes para manipular y controlar mentalmente a las mujeres: adulación y enamoramiento, traslado, endeudamiento, adicciones forzadas, aislamiento, torturas… se suceden para lograr que sus víctimas acaben creyéndose las responsables de lo que les sucede. Ellos se benefician económicamente de la explotación sexual, mientras la mujeres prostituidas sufren graves violaciones a sus derechos humanos.

Comparte este vídeo, hecho por un grupo de voluntarias que colaboran con el activismo abolicionista global y la Escuela Abolicionista Internacional.

#AboliciónProstituciónYa

El tratante es quien capta, traslada, acoge o recibe a una persona con fines de explotación de la prostitución ajena y otras formas de explotación sexual, como la pornografía, incluso con el consentimiento de ella.

El proxeneta es quien concerte, explote, arriende, administre o mantenga un lugar para la prostitución ajena, incluso con el consentimiento de la persona.

Todas estas técnicas permiten que la mujer crea que ha sido su decisión estar en el sistema prostitucional. Pero nadie los cuestiona a ellos. Primo, novio, esposo, amigo, vecino, tío, papá… estas son las principales técnicas de un proxeneta:

1. Adulación y enamoramiento. El proxeneta identifica a una mujer en situación de vulnerabilidad. La adula, le promete una vida estable y amorosa. Una vez enamorada, usa chantajes sutiles y luego la invita a actuar por amor.

2. Traslado y endeudamiento. El tratante promete una vida de progreso en otro lugar, convenciéndola de que ella no tiene nada que perder y mucho que ganar. Pero cuando la mujer llega a su destino, la realidad es otra. A cambio, se exige el pago de una deuda más alta que el costo real. Cuando la víctima evalúa sus alternativas, reconoce que está sola, bajo la presión de intereses diarios y la necesidad de enviar dinero a su familia. Empieza a considerar las ofertas del proxeneta.

3. Inducción a la prostitución y a la pornografía. El proxeneta le hace ver que en la prostitución podrá empezar a ganar dinero rápidamente. Con el tiempo, el proxeneta facilita una primera violación a cambio de dinero. A pesar de ella quedar destrozada, su nuevo contexto y sus nuevos amigos le hacen creer que esa es la mejor alternativa.

4. Adicciones forzadas. El proxeneta también induce y vende droga y alcohol a la mujer prostituida, para que ella apague su sufrimiento mental. La vida en la prostitución es insostenible, las exigencias de los hombres son cada vez más traumatizantes, ella siente alivio temporal al dolor y a los síntomas de estrés postraumático.

5. Aislamiento y privación sensorial. La mujer vive y es prostituida en espacios reducidos, sin objetos familiares o vínculos afectivos. El proxeneta logra así mantenerla desorientada y dependiente.

6. Agotamiento y debilitamiento físico. Las luces, el ruido, el frío… la falta de descanso y alimentación adecuada aumentan su vulnerabilidad y dismunuyen su capacidad de autoprotección. La cantidad de encuentros con hombres la agota. Si la mujer se queja por cansancio, el proxeneta la amenaza con castigos y deudas.

7. Amenazas y degradación. Es común que se le exija la cooperación con la red invisible de la que es parte. La mujer es constantemente degradada mediante el abuso verbal. El proxeneta la logra debilitar mental y emocionalmente y que ella asuma la responsabilidad del abuso y los castigos.

8. Torturas. La mujer se disocia o desconecta para controlar el dolor de las perversiones de los que pagan por sexo. El proxeneta cuando la castiga le golpea en el cráneo, porque ahí no se notan las heridas…

9. Indulgencias ocasionales. El proxeneta genera competencia entre las mujeres, refuerza la idea de adecuar sus cuerpos para complacer el deseo de los hombres. La mujer debe permanecer atenta para tratar de complacerlo siempre. Ahora ella ve el mundo y se ve a sí misma como la ve el proxeneta.

10. Omnipotencia. El proxeneta logra que la mujer no sólo sienta miedo a la muerte, sino gratitud por dejarla vivir. 

Mientras la mujer es traumatizada repetidamente, el proxeneta cuenta con que la sociedad acepta y justifica lo que pasa, porque ella se lo buscó y siguen creyendo que lo disfruta. Algunos de los derechos humanos conculcados a las mujeres víctimas del sistema prostitucional son:

Art. 1. Todos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos.

Art. 2. A ser libres de discriminación.

Art. 3. Derecho a la vida, la libertad y la seguridad.

Art. 4. A ser libres de esclavitud o servidumbre.

Art. 5. A ser libres de tortura, penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Art. 13. Derecho a circular libremente.

Art. 22. Derechos económicos, sociales y culturales.

Art.23-26. Trabajo, descanso, nivel de vida adecuado.

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