A sus 33 años, la colombiana Andrea Avella, superviviente de haber sido secuestrada, torturada y prostituida por los paramilitares, se ha convertido en emprendedora social y defensora de los derechos de las mujeres. Estos días ha visitado España como parte de una delegación de supervivientes en apoyo de la abolición de la prostitución en nuestro país. “Toma mi mano” es su lema y el nombre de su proyecto, con el que ha conseguido sacar a la luz a seiscientas mujeres.
Etiqueta: sistema prostitucional
“Un billete no te hace menos agresor sexual”, afirma Amelia Tiganus, autora de La revuelta de las putas y una de las nueve supervivientes de la prostitución en todo el mundo que se han dado cita en Madrid para hacer un llamamiento por su abolición en España. Las políticas acerca de esta cuestión fundamental de derechos humanos de las mujeres se encuentran en un momento clave en nuestro país. El encuentro se produce ocho días después de la admisión por el Congreso de una propuesta de ley del grupo socialista, apoyada por los populares y parte de Unidas Podemos, para ampliar la persecución al proxenetismo, sancionar a los prostituidores y dar consideración de víctimas a las prostituidas.
El “Manual ilustrado de un proxeneta” explica las principales técnicas que usan proxenetas y tratantes para manipular y controlar mentalmente a las mujeres: adulación y enamoramiento, traslado, endeudamiento, adicciones forzadas, aislamiento, torturas… se suceden para lograr que sus víctimas acaben creyéndose las responsables de lo que les sucede. Ellos se benefician económicamente de la explotación sexual, mientras la mujeres prostituidas sufren graves violaciones a sus derechos humanos.
Esta reconocida superviviente de la trata y la prostitución se atrevió a desafiar a sus proxenetas llevándoles a juicio. Al hacerlo ganó el primer juicio en el mundo donde una víctima, después de haber sido rescatada de 16 años de esclavitud sexual, se convirtió en querellante de sus explotadores y del Estado Municipal que el propio Tribunal de Casación Federal argentino consideró “rufián y proxeneta”.