Mabel Lozano: “A ningún gobierno español le ha importado hasta ahora erradicar la trata y la prostitución”

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No se considera una influencer pero lo es. Se ve a sí misma como una divulgadora. Con 20 años de trayectoria como directora de cine documental, guionista, escritora y activista por los derechos humanos de las mujeres, Mabel Lozano (Villanueva de la Sagra, Toledo, 1967) se ha forjado una carrera polifacética. Desde que en 2003 conoció por dentro el mundo de la trata y el sistema prostitucional, su vida profesional y creativa dio un giro de 180 grados y desde entonces no ha parado de dirigir documentales, escribir ensayos, dar conferencias, talleres y poner “un granito de arena por la erradicación de la esclavitud del siglo XXI”.

La entrevistamos en Madrid, coincidiendo con la presentación de su último trabajo, el cortometraje Ada, que ya ha recibido varios premios en festivales donde lo ha presentado. Es una conversadora nata y no se corta a la hora de mostrarse por dentro y hacer un balance de su trayectoria.

– De joven, cuando eras modelo posaste para la portada de la revista Interviú, promotora de la prostitución y la pornografía. ¿Cómo ves hoy esa etapa de tu vida profesional?

– Sí, es cierto lo de la revista Interviú, pero entonces yo no lo sabía. Aunque si te fijas, en esa foto voy sexy pero no se me ve nada, no salgo desnuda. Qué bueno que me preguntas por esto porque a mí me pasa que cuando hablo de la prostitución o de mi documental El proxeneta, a veces sale alguno o alguna a decir: “pero si esta mujer antes salía en el Interviú”. ¿Esa etapa de mi vida me invalida para ser una mujer comprometida? ¿Me invalida para ser una mujer abolicionista?

– Te lo pregunto porque en la era del movimiento Me too comenzaron a salir a la luz en varios países denuncias de acoso y violación por parte de mujeres del mundo del cine. ¿Sufriste algún tipo de violencia sexual cuando eras modelo y actriz?

– No, nunca, ni en mi etapa de modelo, ni en mi etapa de televisión y cine en España. Si me hubiese pasado lo diría. Lo habría contado con pelos y señales si con eso hubiera podido ayudar a otras mujeres. No tengo nada que ocultar. Como actriz era mediocre y tuve papeles limitados en el cine. Jamás me había planteado ser actriz. Llegó y fue maravilloso pero no era una actriz talentosa. No he tenido el talento que tienen muchísimas actrices. Era muy difícil que me ofrecieran un papel para hacer una película. No me veía yo ahí.

– ¿Y cómo fue que conociste el mundo de la trata y la prostitución?

– Yo llegué a la prostitución cuando conocí a una víctima de trata en el Proyecto Esperanza. Me dije: “quiero contar esa historia”. Hasta ese entonces en este país no se había contado nunca lo que pasaba dentro de los burdeles. Te estoy hablando del año 2003. Tenía conocimiento de que existía la trata con fines de explotación sexual sobre todo en el sudeste asiático pero no sabía que estaba tan extendida en España. Cuando hice mi primer documental, Voces contra la trata, aquí casi nadie hablaba de este tema. Hace 20 años ningún periódico publicaba noticias sobre trata y en cambio publicaban páginas enteras de avisos de prostitución. Los proxenetas iban personalmente a contratar los anuncios que publicaban todos los periódicos. La policía me contaba que antes los prostíbulos estaban ocupados por mujeres españolas mayores y que empezaban a llenarse de mujeres inmigrantes, sin papeles, “exóticas”, jóvenes. ¿De dónde salían? Tú ibas a cualquier pueblo o ciudad pequeña y si entrabas a un burdel te encontrabas con chicas de varias nacionalidades. Me preguntaba: ¿Cómo han llegado esas mujeres? ¿Quién las ha traído? ¿Cómo han sabido ellas que este pueblo existe? Casi nadie se hacía esas preguntas hace 20 años.

Cuando hizo su primer documental, Voces contra la trata, hace 20 años, “ningún periódico publicaba noticias sobre trata y en cambio publicaban páginas enteras de avisos de prostitución”

– ¿Esa indiferencia política y social fue la que te motivó a seguir trabajando con el tema?

 – En parte sí, claro. Y cuando me puse con el tema descubrí que casi todo el mundo miraba para otro lado, no había legislación para combatir la trata, no iban a la cárcel los proxenetas… Lo dice El Proxeneta: “España es un país de puteros”. Entre nuestro carácter latino, el buen tiempo que facilita que muchas mujeres puedan ser compradas en la calle y que vivimos en una sociedad machista, llegamos al núcleo duro del patriarcado: la prostitución.

– Y desde entonces hasta ahora, ¿qué ha cambiado?

 – ¡Nada! Hay muchísima más trata ahora, y también tenemos la pornografía o prostitución 2.0. Lo peor es que en todo este tiempo ninguno de los dos grandes partidos que han gobernado este país desde que recuperamos la democracia, ni el PSOE ni el PP se han ocupado de sacar adelante leyes para erradicar la trata y la prostitución. Y parece que este gobierno de coalición tampoco lo hará.

– Si comparas a España con Francia, allí cerraron los prostíbulos en 1956. Fue un proceso de 70 años hasta llegar a la ley abolicionista de 2016. Y en España fue al revés, la ley abolicionista de la Segunda República fue fulminada en la dictadura de Franco y actualmente este país es el prostíbulo de Europa.

 – La prostitución siempre ha estado ahí, en la dictadura y en la democracia. Pero  también la prostitución ha ido cambiando. La captación es mucho más fácil ahora a través de internet y de las redes sociales. La pornografía nunca había sido tan accesible como hoy en día, ni tan agresiva ni tan adictiva. Es una entrada a la prostitución y vemos cómo muchas chicas son captadas para la pornografía, a la que llamo Prostitución 2.0. Y luego existe cibertrata dentro de la pornografía.

“La captación es mucho más fácil ahora a través de internet y de las redes sociales. La pornografía nunca había sido tan accesible como hoy en día, ni tan agresiva ni tan adictiva”

– Estás haciendo una descripción de la industrialización global de la prostitución.

– ¡Totalmente! Está normalizada esa industrialización que viene con la masificación de la pornografía y, por ende, de la prostitución. No hay una conferencia en la que no se quede al final alguna chica joven que me cuenta una historia como esta: “Mi mamá es venezolana y nosotras no teníamos muchos recursos. Empecé a vender mis bragas a través de internet que compraban señores mayores”. Hasta que un día le dijeron: “Tenemos tu cara, vamos a montar vídeos contigo”. Y así empezaron a extorsionarla. Las chavalitas no saben que una vez que subes el vídeo a internet ya no es tuyo. Si está en internet es de todo el mundo. Se trata de una entrada solapada a través de la pornografía y de la prostitución 2.0. Muchas de esas chicas acaban atrapadas en el sistema prostitucional. La prostitución en calle tenderá a desaparecer. La prostitución y el dinero están en internet.

– Si el Estado español no combate la prostitución tradicional que conocemos a través de los burdeles y pisos, ¿no te parece que es todavía más difícil luchar contra la prostitución online?

– Hazte la idea de que una niña que está siendo explotada como webcammer, lo normal es que la plataforma que le da la estructura tecnológica esté en un paraíso fiscal y los servidores debajo del mar. ¿Cómo persigues a los pedófilos del mundo entero que abusan sexualmente online de esa niña? Si hasta ahora no hemos sido capaces de legislar la prostitución “tradicional”, fíjate todo lo que se nos viene encima…

– Autoras como Rosa Cobo o Elena Ferrante advierten que vamos hacia una nueva era de la esclavización de las mujeres a nivel global.

– Cierto, eso lo vengo viendo desde hace tiempo. Hace siete años fui a investigar a Medellín, Colombia, cómo formaban a las webcammer. Rumanía y Colombia son los países donde se concentra este tipo de trata. Nacho Vidal fue a darles el diploma a las primeras graduadas de una universidad de Medellín. La prostitución migró a las fronteras digitales hace mucho tiempo. Hablamos de cibertrata, bulling, ciberacoso, sexting, grooming desde hace ya bastante tiempo.

“La prostitución migró a las fronteras digitales hace mucho tiempo. Hablamos de cibertrata, bulling, ciberacoso, sexting, grooming…”

Rodaje de Ada en Santander.
Rodaje de Ada en Santander.

– Cuéntame sobre tu último trabajo que estás presentando en festivales, tu cortometraje Ava.

– Va de trata y discapacidad. Te hablo de una niña que era prostituida en un piso, en Palencia. Los hombres que iban a ese piso compraban a dos niñas menores con discapacidad. Cuando me puse a investigar sobre este tema descubrí que no había información ni estadísticas. El proxeneta me decía que ellos captaban a esas mujeres a las que les faltaba una “cocción”, un “hervor”. Esos casos a los que se refería probablemente eran niñas y mujeres con discapacidad intelectual no diagnosticada. Tú ten en cuenta que cuando atraviesas el proceso fetal antes de nacer y hasta los dos años, se está desarrollando tu cerebro. Puedes llegar a tener daños o trastornos mentales al nacer si tu mamá es prostituida o está recibiendo malos tratos. No nos olvidemos de que cuando te encuentras con mujeres prostituidas, casi todas vienen de entornos con mucha violencia: violencia familiar, desamor, familias incluso que no las quieren y acaban vendiendo a sus hijas, que las han prostituido, o las han maltratado sistemáticamente. Esa violencia te marca de por vida y te puede provocar trastornos, daños neurológicos y discapacidad.

– ¿Por qué captan los proxenetas a mujeres con discapacidad?

– Las mujeres y niñas con discapacidad intelectual no muestran signos externos de su discapacidad pero se encuentran en un estado de especial vulnerabilidad. A los proxenetas les resulta más fácil captar a este tipo de mujeres y niñas.

“Las mujeres y niñas con discapacidad intelectual no muestran signos externos de su discapacidad pero se encuentran en un estado de especial vulnerabilidad. A los proxenetas les resulta más fácil captar a este tipo de mujeres y niñas”

– Las supervivientes de prostitución que entrevistamos nos cuentan que en los prostíbulos las mujeres con discapacidad son muy solicitadas por los puteros. ¿Te consta esto?

– Pues claro. Esto es muy perverso. Pero si te fijas en internet es un tipo de pornografía buscada por compradores de sexo. Y en la prostitución ellos las piden para someterlas a las violencias más extremas y hacer todo lo que ellos quieran con ellas. Para los proxenetas es fácil captarlas porque no necesitan usar la violencia física con ellas y esas mujeres nunca los van a denunciar, ni se van a ir del prostíbulo. Con este trabajo, por un lado, he visto lo incapacitante que puede ser la violencia sexual cuando eres una niña y las secuelas intelectuales que deja en la adultez. Pero también están las incapacidades que padecen como consecuencia de haber sido prostituidas. El sistema prostitucional está vinculado al consumo de drogas, mujeres que para soportar la violencia sexual se enganchan a las drogas y también sufren daños intelectuales o neurológicos. Tienen comportamientos autolíticos y en lo físico las secuelas son terribles. Y lo que no vemos es que esas mujeres si salen de la prostitución no van a poder incorporarse a una vida normal.

– ¿Y a ti cómo te afecta tener que abordar este tema en los documentales que diriges?

– Me afecta muchísimo y me provoca una enorme rabia. Pero también es un motor que me anima a seguir movilizándome. Y como siento tanta impotencia y tanta vergüenza, la rabia es un resorte muy bueno para salir a la calle y seguir trabajando. Si sintiera pena me quedaría en mi casa a llorar y eso sería nefasto para mí. Si yo dejara que me bloqueara ese dolor no podría transmitir el mensaje que quiero transmitir. Cuando me pasa eso en el proceso creativo tengo que tomar distancia y montarlo como si fuese una película, así puedo lidiar con ello. Y ese dolor es el que me produce muchísima rabia pero al mismo tiempo es un motor que me impulsa a seguir. Escribí Pornoexplotación con un cáncer. Sentía tanta rabia de pensar: “la voy a palmar, y esto no ha cambiado nada, no he podido aportar mi granito de arena… ¡Va a seguir pasando!” En ese momento pensaba que mis hijas y mis nietas seguirían corriendo el riesgo de caer en el sistema prostitucional, que es tan violento, tan de vulneración de derechos y tan vergonzante. Los seres humanos somos muy pasotas, salvo que nos afecte algo directamente a nosotros, somos unos pasotas patológicos y además tenemos el corazón en estado de hibernación.

“Escribí Pornoexplotación con un cáncer. Sentía tanta rabia de pensar: la voy a palmar, y esto no ha cambiado nada, no he podido aportar mi granito de arena… ¡Va a seguir pasando!”

– No parece que seas tibia de corazón.

– ¡No! Y justamente he educado a mis hijos para que no fueran tibios de corazón. Les he enseñado que hay que ponerse en los zapatos de otras personas. Por esto incido mucho en sus vidas, para que asuman un compromiso social. Afortunadamente ellos tienen un pensamiento crítico con la prostitución y la trata.

– ¿Cómo fue el día que te dijiste a ti misma: “soy feminista”.

– Fíjate que creo que viene de mi madre y mi abuela, ellas han sido feministas. Pero han sido mujeres humildes que no conocían el feminismo. En aquel entonces el feminismo ilustrado solo se conocía en las universidades. Ahora, afortunadamente el feminismo ilustrado está en la calle. Antes, muchas mujeres eran feministas en su comportamiento de vida sin saberlo, desde la sororidad con otras mujeres, en sus luchas personales contra el machismo de sus familias, o educando a sus hijas e hijos en igualdad. A mí el feminismo me lo transmitió mi madre cuando me decía: “Tú trabaja, trabaja y fórjate tu independencia económica, tu autonomía”. Mi madre me educó en igualdad y yo se lo he transmitido a mi hija, que hoy sabe que eso se llama feminismo.


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Ava, cine contra la barbarie de la prostitución

Ava, el último cortometraje dirigido por Mabel Lozano (España, 2023, 18 min) se sumerge en el lado más perverso y cruel del sistema prostitucional: la explotación sexual y trata de niñas y mujeres con discapacidad. El corto hace pedagogía sobre los niveles de deshumanización que padecen muchas mujeres en este mundo por el hecho de ser mujeres: maltrato, abandono y violencia sexual durante la primera infancia sumados a una especial condición de vulnerabilidad además de la pobreza, la discapacidad intelectual. Algunas supervivientes cuentan lo que nunca podrá contar Ada: “las agresiones sexuales que sufrimos desde una edad muy temprana representan una forma de preparación para ser explotadas sexualmente”.

Lozano muestra que casos como el de Ada no son aislados y responden a una demanda creciente de estas mujeres por parte de los puteros en las páginas de internet. También indaga sobre los vínculos de la explotación sexual y la distribución y venta de drogas en los burdeles y el doble beneficio económico que reporta a los proxenetas. La barbarie no termina ahí: las fuerzas de seguridad del Estado español y organizaciones no gubernamentales que atienden a estas víctimas denuncian en el corto la falta de indicadores y de herramientas de detección. ¿Qué más tenemos que ver con nuestros propios ojos sobre la trata y la prostitución para que los Estados y especialmente el nuestro, combatan con contundencia estas violaciones a los derechos humanos?

Mabel Lozano no se cansa de mostrarnos a lo largo de toda su trayectoria cinematográfica de documentales las distintas caras del sistema prostitucional y los actores que intervienen. Lo hizo anteriormente con El proxeneta, uno de sus trabajos más logrados (2017) y un documento imprescindible para comprender cómo funciona el proxenetismo en España desde hace décadas y la impunidad con la que actúa el crimen organizado en este país. En el 2020 estrenó su cortometraje Biografía del cadáver de una mujer por el que recibió el Premio Goya en el 2021, en el que se adentra en los feminicidios del sistema prostitucional, invisibilizados y no reconocidos como asesinatos machistas por el Estado. Ada no dejará indiferente a quien vea el corto, uno de sus principales aciertos visuales es que puede convertir lo insoportable en un relato cuidadoso, ajeno al morbo y el sensacionalismo. Y lo más importante, nos saca de la zona de confort de la indiferencia y nos impulsa a seguir exigiendo una ley abolicionista del sistema prostitucional.

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