Sarah Berlori: “La única diferencia que hay en prostitución “de lujo” es que las violaciones se hacen en sábanas de seda”

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Sarah Berlori (Bizkaia, 1971), es feminista y abolicionista militante, superviviente de diez años en la prostitución. Junto a un grupo de compañeras se dirige al Congreso y al Ministerio de Sanidad para exigir al Estado el cumplimiento de la garantía de la salud de las mujeres en situación de prostitución. “Somos las eternas olvidadas”, afirma Sarah: ella es una de las Supervivientes en Acción.

 

– ¿Cuáles son los motivos para esta acción de las supervivientes?

– La prostitución es también un problema de salud pública y el Ministerio de Sanidad no se ha pronunciado, no ha hecho ni un mínimo estudio. Iremos al Congreso de los Diputados para hacer registro del Manifiesto de las Supervivientes, un documento con nuestras demandas de restauración de las víctimas, y también de un escrito enfocado a la salud. El Estado tiene que garantizar la salud de toda la ciudadanía, y no lo está haciendo con las mujeres en situación de prostitución. Por la tarde nos plantamos ante el Ministerio de Sanidad, y ahí también haremos entrega del manifiesto con las firmas y haremos lectura del texto sobre la salud de las mujeres prostituidas. 

– En el Congreso por fin se habla de salud mental, y estamos en campaña electoral en muchas Comunidades y en los Ayuntamientos. ¿Qué tienen que decir las supervivientes a los políticos sobre la salud mental y física de las mujeres en prostitución?

– Creo que saben muy bien que el paso por prostitución es demoledor. Ya hay estudios sobre eso: aunque el Ministerio de Sanidad no los haya hecho, están por ejemplo los trabajos de la doctora Ingeborg Kraus, en Alemania. Saben perfectamente que la prostitución es violencia sexual extrema. Yo estoy deseando que empiecen a llegar al poder otro tipo de partidos, como el Partido Feminista de España, o Feministas al Congreso. Tenemos un país de puteros: ya sabemos que cuatro de cada diez hombres en España ha consumido alguna vez prostitución. Los partidos digamos “tradicionales” estarán plagados, no interesa la salud mental ni física de las mujeres en situación de prostitución. En la campaña anterior algunos decían que eran abolicionistas, y mira lo que han hecho: nada.

“La prostitución es también un problema de salud pública y el Ministerio de Sanidad no se ha pronunciado, no ha hecho ni un mínimo estudio”

– ¿Se puede salir indemne de la prostitución?

– En charlas y ponencias de sensibilización, las mujeres empatizan mucho más cuando explicas el horror que es estar con una persona a la que no deseas. A ellos les cuesta más: primero, porque estás tocando sus privilegios, y luego porque las mujeres estamos vistas para satisfacer al varón de turno. Nuestro deseo da igual. Tengo mucha fe en las mujeres, veo difícil pero no imposible que cada vez seamos más abolicionistas. También me gustaría que hubiera más hombres abolicionistas, que los hay. La prostitución además nos afecta a todas, se está yendo ya a la universidades a captar a las jóvenes.

–¿ Hay chicas a las que los proxenetas están captando en las universidades españolas?

– Sí que lo están haciendo. Yo, por ejemplo, vengo de prostitución “de lujo” –aunque no la llamaría así, pero para entendernos– y es donde más mito hay, te engañan. Te venden la prostitución como en la película Pretty Woman: que nadie te va a obligar a hacer nada, que tú eliges con quién sí y con quién no… esto es lo que venden en las universidades. Allí no les van a hablar de lo horrible, de la otra cara que contamos las supervivientes. Les hablan de pagarse los estudios mientras hacen esto. Es el Estado el que tiene que garantizar los estudios a nuestras jóvenes. A las universidades van explicándole a ellas lo guay que es prostituirse, porque a ellos no. El foco lo ponen en ellas. Y a los jóvenes les están enseñando que el baboso de turno mediante la prostitución puede tener a su disposición a la mujer que a él le dé la gana. Tampoco hablan de las secuelas psicológicas que te deja pasar por prostitución.

“A las universidades van explicándole a ellas lo guay que es prostituirse, porque a ellos no”

– ¿Cuáles son esas secuelas?

A nivel psicológico principalmente es el estrés postraumático. Hablamos de relaciones prostitucionales: son con tíos que te repugnan, y esto no solo tiene que ver con lo físico, también con que te traten como a basura, te deshumanizan. Los tipos quieren hacer lo que ven en el porno, que no son besitos en la oreja. Y están todas las adicciones para soportar eso, el uso de drogas y alcohol para disociarte y soportar aquello. Las secuelas son tremendas. No solo es el asco, es el miedo. Es entrar en una habitación de hotel con el putero de turno, que cierre y te diga “ahora podría hacer contigo lo que me diera la gana, porque nadie sabe que estás aquí”. Imaginad el terror, el estrés, el asco, y esto continuado, continuado. Siempre lo digo: ningún dinero nos puede hacer salir ilesas de la prostitución. Ninguno. 

A nivel físico, enfermedades venéreas, VIH, embarazos no deseados, desgarros, hongos, descompensación de la flora normal del cuerpo, porque del asco nos limpiamos a todas horas con duchas vaginales… de todo. Hay asociaciones que trabajan con mujeres prostituidas que reparten condones. Me parecen medidas asistencialistas absurdas. Nosotras no elegimos, y mucho menos si las relaciones son con o sin condón. Si pudiéramos, elegiríamos no hacerlo, ni con ni sin. Las prácticas sexuales más demandadas son todas las que ven en el porno, sin preservativo. Lo único que hacen con esto es ahorrarles a los proxenetas el gasto en condones. 

“Las secuelas son tremendas. No solo es el asco, es el miedo”

– ¿Cuáles son las principales necesidades de las mujeres que quieren salir de la prostitución? 

Cada mujer será un mundo. Asistencia psicológica, todas, y médica también, una atención integral. Y luego habrá algunas que no tengan vivienda, o que necesiten una renta mínima, facilidades para cursar estudios –pero lo que queramos estudiar, no solo costura o limpiar–. Porque somos mujeres con inquietudes y ambiciones en la vida, y tenemos derecho a las oportunidades que no hemos tenido. Tampoco es lo mismo una mujer migrada que una nacional: por ejemplo, hay alguna que no tiene sus estudios convalidados aquí, y le cuesta un dinero conseguirlo. Eso serían derechos, para lo que tiene que ser un plan personalizado.

Es el Estado quien tiene que garantizar que las mujeres puedan salir de la prostitución. Eso a día de hoy no se está dando. No sabemos ni dónde mandarlas, y nos vienen un montón. Es que no hay ninguna herramienta que proporcione el Estado. Me puse en contacto con una de las ONG que colaboran con el Plan Camino, que está ya publicado, y no hay nada. El Plan Camino del Ministerio de Igualdad es humo.

– La Proposición de Ley que se tramita en el Congreso remite para las víctimas a la carta de derechos de la Ley del solo sí es sí. Además de eso, ¿hace falta una normativa para los problemas específicos de la prostitución?

– Esa ley es una reforma, un parche, parece que quieren hacer ver que cumplen lo prometido. Tienen la LOASP, que ya está escrita [se refiere al texto articulado propuesto por la Plataforma Estatal de Organizaciones de Mujeres por la Abolición de la Prostitución], que está muy enfocada en la recuperación de las mujeres y esto es lo más importante de una ley integral abolicionista: la restauración de la víctimas de este negocio criminal. Exigimos la LOASP porque nos garantiza derechos.

“Es el Estado quien tiene que garantizar que las mujeres puedan salir de la prostitución. Eso a día de hoy no se está dando”

– ¿Cuáles diría que son los mitos más extendidos en la sociedad sobre la prostitución?

– Es falso que haya un montón de mujeres que lo hacen porque quieren, ese mito de la libre elección. También el de los puteros encantadores, el mito de Richard Gere. El mito de que no hay explotación sexual: en las noticias sobre las mujeres prostituidas con frecuencia ponen que son escorts, que han contactado como si ellas fueran por libre… todo esto es mentira. En diez años que estuve en prostitución, no vi ninguna que fuera autónoma. Normalmente los dueños de los pisos-burdel son hombres. Luego, la que se conoce como madame es una mujer que está a sueldo. Ella es la que recibe, suele ser una mujer que ha estado en prostitución y que “cambia de estatus”. Siempre muy arreglada… todo tiene que ser una atmósfera falseada.

Otras veces nos anunciaban como si nosotras fuéramos estudiantes. No dejan de ser las fantasías de los puteros vip. A mí me hicieron hacerme pasar por una abogada, por ejemplo. Si no haces bien tu papel se enfadan. En la sexualidad masculina hay mucha violencia. La única diferencia que hay en prostitución “de lujo” es que las violaciones se hacen en sábanas de seda. Y se pagan más, lo que al putero vip le da un estatus. Son muy clasistas.

“Si no haces bien tu papel se enfadan. En la sexualidad masculina hay mucha violencia”

– ¿Una mujer puede ahorrar dinero en ese contexto?

– Yo te puedo decir lo que he visto: no, es una ruina, es inviable. Las mujeres tienen un montón de problemas psíquicos, adicciones a drogas, los proxenetas les cobran por todo. No he visto mujeres que salieran de pobres, he visto mujeres destrozadas, destruidas. Y no he visto ninguna que quisiera quedarse ahí.

– Además de la pobreza, tenemos datos sobre la captación para la prostitución y los abusos sexuales en la adolescencia, la violencia en la pareja u otros factores de vulnerabilidad. ¿Son frecuentes esos factores?

– Absolutamente. Ahí somos vulnerables todas las mujeres. Porque quien más quien menos, ha sufrido violencia, abusos. Llegas a la adultez habiendo pasado esto, la que termina en prostitución y la que no. Yo llegué a la prostitución por necesidad económica, pensaba “si he tenido un montón de relaciones que no he deseado, por qué no voy a cobrar por ellas”. Ahora lo analizo y me parece un horror, como si tu lugar en el mundo fuera la subordinación. La primera relación que tuve fue con 14 años y yo solo quería ir de la manita, no sentía deseo sexual. Y él me dijo que si quería ser su novia, tenía que follar. Sus amigos me llamaban frígida, puritana. Y una vez “conseguido”, pasé a ser la puta del pueblo. La sumisión te deja mella, un dolor dentro que no sabes identificar.

“El putero es el machista en su máxima expresión”

– Hay estudios recientes que muestran la relación de la prostitución con un comportamiento especialmente violento y hostil de los hombres. ¿Cómo describiría a los puteros?

– Me cuesta trasladarlo por el asco que me dan. Son tíos que ejercen poder sobre nosotras, colonizan nuestros cuerpos. Y les encanta ir en manada a los burdeles: fiestas, chicas, coca… El putero es el machista en su máxima expresión. Son escoria. Carentes de empatía hacia las mujeres, nos desprecian a todas, y dan rienda suelta a ese desprecio allí. Van a violar previo pago, que nadie les va a decir nada. Pueden hacer con las mujeres en prostitución lo que les da la gana.


Feminicidio en prostitución, el crimen invisible

Como hicieron Feministas de La Rioja a principios de mayo en Logroño, tras el suicidio de una víctima en un burdel de esa Comunidad –esa es la hipótesis principal de la investigación abierta–, las Supervivientes en Acción harán algo que Sarah considera “brutal pero necesario”: leer los nombres de las mujeres asesinadas, o víctimas de suicidio, en contextos prostitucionales. “Queremos hacer una réplica de esto, porque cuando vi el vídeo de La Rioja me emocioné muchísimo. Leer los nombres te hace ver la barbaridad, creo que es muy potente y que llega”.

La memoria de esas víctimas está en la tipología del observatorio Feminicidio.net. El Gobierno de España, que desde 2022 ha empezado a dar las cifras de feminicidios fuera de la pareja, no ha hecho un apartado específico para el feminicidio en el sistema prostitucional, sino que lo incluye en el feminicidio sexual. Esto contribuye a la invisibilidad del asesinato de mujeres en prostitución.

“La cifra me temo que será muchísimo más alta”, reflexiona Sarah Berlori. “Hay mujeres que son asesinadas y no saldrán ni en las noticias. Aparte de las que vienen coaccionadas por medio de la trata, creo que la mayoría no dicen nada a sus familias de esa doble vida. Lo llevamos tan en secreto que contarán como desaparecidas en sus países”. 

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Proyecto asociado a:Feminicidio.net
Proyecto de:Asociación La Sur
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