“Los puteros son el motor de la prostitución y su dinero es la gasolina”

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Poner el foco en el proxeneta y en el putero: cada vez más acciones abolicionistas de la prostitución señalan a los responsables. La Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres (CIMTM) ha organizado un encuentro en Madrid con Frédéric Boisard, de la Fundación Scelles, y Rosen Hicher, superviviente de la prostitución, para informar de su experiencia en Francia al impartir cursos de sensibilización dirigidos a los prostituidores. Estas formaciones existen en el país vecino en aplicación de la ley de 13 de abril de 2016 contra el sistema prostitucional, y que contempla tanto la pedagogía como la sanción. Entrevistamos a ambos expertos para conocer la aplicación y desafíos del modelo abolicionista en Francia. En España, la tramitación en el Congreso de un proyecto de ley que vuelve a penalizar la tercería locativa –que despenalizó el Gobierno socialista en 1995- y sanciona al demandante, no muestra avances en los últimos meses.

Rosen Hicher: “La prostitución nunca es una elección y siempre es violencia”

Rosen Hicher ha sido víctima de violencia sexual desde su infancia y prostituida duranteMovimiento d más de dos décadas de su vida. Ella es activista abolicionista desde hace trece años y una referencia entre las supervivientes, como militante en el Mouvement du Nid (“Movimiento del Nido”) que fue fundamental para la aprobación de la ley abolicionista en su país. Hicher, autora del libro Testimonio de una prostituta, llegó a recorrer 800 kilómetros a pie por Francia, Alemania, Bélgica y España en 2014 en apoyo de esta ley y para denunciar la violencia que se vive en la prostitución, en la llamada Marcha Mundial de Supervivientes. Desde 2017 colabora en los cursos dirigidos a puteros para desmontar sus prejuicios sobre las víctimas.

– ¿Son conscientes los prostituidores del daño que infligen a las mujeres víctimas de la prostitución?

– Los prostituidores normalmente saben que hay una situación difícil detrás. Ellos dicen que no suelen estar con mujeres en situación de trata, pero cuando inquirimos si les han preguntado eso para saberlo, entonces responden que no. Además, reconocen que saben que hay algo que no va bien en el nivel económico o incluso por haber sufrido alguna agresión. La mayoría –el 60%– son hombres casados o en pareja y el 70% son padres de familia. Cuando les cuestionamos qué pasaría si su hija, o su mujer, o incluso su madre estuvieran en situación de prostitución, ahí reconocen que saben que dañan a las mujeres, es cuando empatizan. Otro momento en el que son conscientes del daño que infligen es cuando, en la segunda parte del taller que impartimos, les cuento mi situación, mis vivencias. Les digo que no hay mujeres realmente libres en la elección de la prostitución, porque normalmente hay alguna situación detrás que les empuja a ella. Cuando oyen todo lo que he sufrido antes, durante y después de haber estado en situación de prostitución, es cuando realmente se dan cuenta de todo el daño que causan.

– ¿Es posible realmente reeducar a los prostituidores?

– Aunque es cierto que reeducar es muy complicado, sí que conseguimos dejar una pequeña semilla en ellos, sobre todo en los jóvenes. Cuando son mayores –hemos tenido hombres hasta de 85 años en los talleres– es muy difícil que cambien. Nos dicen “llevamos haciendo esto desde el servicio militar y no vamos a dejar de hacerlo”. En esos casos es muy difícil reeducar o que entiendan la situación. Los hombres jóvenes sí que tienen muchas veces reacciones como decir “Soy un monstruo”, o se echan a llorar del arrepentimiento cuando entienden que ellos, los puteros, hacen que el sistema prostitucional funcione con su dinero. Cuando se dan cuenta de que las mujeres sufren tanto por los proxenetas como por los puteros, los jóvenes suelen reaccionar más. Incluso dentro del propio taller a veces hay hombres que se explican unos a otros, cuando alguno ya ha entrado un poquito en razón. El 80% reconocen al final del curso que han cambiado y han evolucionado un poco en su percepción sobre la prostitución. Obviamente pueden estar respondiendo esto, aunque sea de forma anónima, simplemente por contentar, pero sí es cierto que vemos un cambio entre el principio de la mañana y el final del día.

“Cuando les cuestionamos qué pasaría si su hija, o su mujer, o incluso su madre estuvieran en situación de prostitución, ahí reconocen que saben que dañan a las mujeres, es cuando empatizan”

– ¿Cómo fue la experiencia de la Marcha Mundial de Supervivientes, recorriendo a pie centenares de kilómetros?

– Ha sido una experiencia muy enriquecedora. Al principio estuve muy sola, aunque poco a poco se fueron sumando supervivientes y personas que apoyan la causa abolicionista. Aprendí mucho durante esta marcha, tenía un objetivo importante, que era sensibilizar a la gente de que la prostitución nunca es una elección y siempre es violencia. Después de los 22 años que estuve en prostitución, en los que pensaba que había sido por mi elección, me di cuenta de que no, que todo había sido por toda la violencia, agresiones sexuales, maltrato, que había vivido desde la niñez. Para mí era revelador difundir esto, para que otras mujeres en situación de prostitución se dieran cuenta y en algún momento pudieran salir de ella, y para que las personas que creen que la prostitución es una elección y un trabajo como cualquier otro, fueran conscientes de que no es así. La llegada a París fue muy emotiva, y muchos políticos también apoyaron esta marcha. Mi intención es poder retomarla en algún momento y que se convierta en una marcha mundial por las mujeres, no solo por las que están en prostitución, también por las mujeres en general.

“Después de los 22 años que estuve en prostitución, en los que pensaba que había sido por mi elección, me di cuenta de que no, que todo había sido por toda la violencia, agresiones sexuales, maltrato, que había vivido desde la niñez”

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Frédéric Boisard y Rosen Hicher, en su visita a Madrid.

Frédéric Boisard: “Una mujer me dijo que esta ley le había salvado la vida”

Frédéric Boisard, Jefe de Proyectos de la Fundación Scelles, participa desde 2017 como experto en estos cursos de lucha contra la demanda de prostitución, de los que es autor del contenido. La Fundación Scelles es una organización independiente con sede en París que publica periódicamente un informe mundial sobre la situación de la explotación sexual.

¿Por qué hablamos de sistema prostitucional? Durante la conferencia en Madrid, Boisard explica la prostitución como un mecanismo de interacciones entre varios actores: víctimas, tratantes, proxenetas, demandantes. Frente a esto, la Ley francesa se basa en los cuatro grandes pilares del modelo abolicionista o modelo de derechos humanos: en primer lugar, reforzar la legislación contra el proxenetismo; en segundo, establecer recorridos de salida para las supervivientes –ayuda económica, formación, vivienda, permisos de trabajo–. El tercer ingrediente abolicionista contempla la sensibilización y concienciación para toda la sociedad y el cuarto, la penalización de los prostituidores.

–Tras seis años de vigencia de la ley abolicionista en Francia, ¿cuál es su balance de los avances conseguidos?

– Es una gran victoria el conseguir que haya caminos de salida para las mujeres que deseen salir de la situación de prostitución. En estos itinerarios de inserción se ha conseguido sacar a setecientas víctimas, que ahora son supervivientes de prostitución y no mujeres en prostitución. Incluso hace poco una mujer me dijo esta ley le había salvado la vida, que había que fortalecerla, porque puede salvar a más personas. Son itinerarios muy complicados, porque son mujeres con muchas dificultades, eso hace muy difícil conseguir una autonomía tanto habitacional como laboral. Obviamente, es una pequeña parte de todas las mujeres en esa situación, y deberían instalarse más itinerarios y haber más trabajo en ellos. Poco a poco estamos consiguiendo que cada vez sean más las mujeres que tengan la oportunidad de aprender el idioma si son extranjeras, o tener estudios que les permitan encontrar un trabajo. Se le dan papeles a las mujeres en situación administrativa irregular para que puedan trabajar sin problemas.

Otra cosa que ha conseguido esta ley es descriminalizar a las víctimas, porque ahora no se les puede multar. Eso es muy importante para que ellas vean que, siendo las víctimas, no van a ser sancionadas. Otra parte muy importante que ha conseguido esta ley es hacer responsables a los puteros, aunque sea de una manera muy “light”, porque es cierto que el número de los interceptados al año en toda Francia es pequeño, y esto quiere decir que no se está aplicando la ley como debería ser. Hay muchos policías que todavía no quieren implementarla. Por último, es importante que los demandantes sepan que son responsables y que sus actos no pueden quedar impunes, porque si no es así, tampoco se va a reconocer que ellos, los puteros, son el motor de la prostitución y su dinero es la gasolina. Hay que seguir ampliando los dispositivos para poder interpelar a estos hombres, porque de momento solo se mandan las formaciones en unas treinta fiscalías en Francia, de las cerca de 130 que hay. Sin esta ley nada de esto era posible antes.

“Es una gran victoria el conseguir que haya caminos de salida para las mujeres que deseen salir de la situación de prostitución”

– ¿Considera más eficaces las medidas punitivas o las medidas de concienciación para los prostituidores?

– Tiene que haber un equilibrio entre ambas. No puede haber una medida de concienciación desde los cursos sin una sanción. De hecho, considero que las multas que se imponen son pequeñas para el daño que infligen. Además, no todos los fiscales imponen las multas y mandan únicamente el taller. Los prostituidores suelen llegar al curso con la mente muy cerrada, sin querer reconocer que saben que las mujeres están mal. A veces incluso no son conscientes del todo del daño que hacen y de la situación tan vulnerable que tienen las mujeres. Sí que vemos importante que los talleres se hagan, porque hemos visto que, sobre todo los jóvenes, al final del taller incluso piden perdón, o preguntan si pueden hacer una donación a alguna organización que trabaje con las mujeres.

No se está interceptando todo lo que se debería, y debería haber más lugares en Francia donde se impartieran los talleres. Tiene que haber más implementación de la ley y las penas deberían aumentarse. Porque si no hay una serie de agravantes –como que la víctima sea menor, esté embarazada, tenga alguna discapacidad– la pena es muy baja, son 1.500 euros, y la inscripción como antecedentes penales, en el caso de delito, se produce a partir de la reincidencia. Nosotros consideramos que desde el primer momento debería estar considerado como comisión de un delito y constar como antecedente penal, porque esto es eficaz: les da miedo tenerlos. La ley es muy buena, pero tiene carencias todavía.

“Tiene que haber más implementación de la ley y las penas deberían aumentarse”

– La industria de la explotación sexual ha demostrado que es capaz de adaptarse para encontrar nuevas zonas de impunidad. Algunas voces en España y otros países alertan de fenómenos como OnlyFans como vía de captación. ¿Están preparadas las instituciones para hacer frente a estos cambios?

– Se habla mucho sobre esto ahora mismo. Las asociaciones están observando lo que pasa, incluso llegan ya algunas chicas pidiendo ayuda después de haber estado en esta clase de actividades –mostrarse en alguna red social a cambio de dinero–. Hay un importante informe en Francia que creemos que va a ser la base de un proyecto de ley sobre este tipo de explotación en redes. Será importante para evitar el gran crecimiento que están teniendo estas actividades entre los jóvenes.

Añade Rosen Hicher: En el mundo digital, aunque no llega a haber un contacto, al final están poniendo en riesgo su vida futura, porque es muy difícil borrar todo el contenido que se sube a Internet. Esto es una manera de revictimizar. Al contar con testimonios de chicas que han estado en OnlyFans, sabemos que tienen traumas que se acercan a alguno de los que tienen mujeres en prostitución. Los clientes de este tipo de páginas normalmente quieren más y van a intentar conseguir un teléfono y tener un contacto físico, incluso con relaciones obsesivas.

– ¿Conseguirá el Estado francés impedir el acceso de los menores a la pornografía a través de sus teléfonos móviles?

– El lobby de las tecnológicas y el de la “libertad de expresión” están haciendo mucha incidencia para tratar de que no se consiga, aunque está demostrado que la pornografía tiene mucho impacto sobre las mujeres y sobre los menores que la ven. La propia Rosen lo ha experimentado, en el cambio que ha habido a lo largo de los años en las demandas de los prostituidores. Y lo vemos en los más jóvenes que llegan a los talleres, que muchas veces han querido replicar los actos agresivos que han visto en la pornografía. Se pueden aplicar medidas técnicas y se está hablando de implementarlas a través de una identidad numérica, para que por lo menos los menores no estén expuestos a este tipo de actividades. Es difícil conseguirlo, si el contenido se aloja fuera de Francia. Es algo en lo que se está trabajando.

“Está demostrado que la pornografía tiene mucho impacto sobre las mujeres y sobre los menores que la ven”

La aplicación del modelo abolicionista en Francia: dificultades y desafíos

  • En el modelo francés, estos cursos son una pena complementaria, no liberatoria, de las multas a los prostituidores, y depende de los tribunales su aplicación. Es el sancionado quien debe, además, pagar su coste, entre unos 150 a 300 euros. Su principal objetivo es deconstruir los clichés de los demandantes y confrontarlos con las consecuencias de sus actos. Para ello, escuchan los testimonios de las supervivientes como Rosen Hicher.
  • Solo pueden realizarse una vez. En caso de reincidencia, se registran antecedentes penales para el responsable.
  • En los casos más graves, los puteros pueden llegar a la cárcel: se consideran agravantes, entre otros, si la víctima es menor de edad, si la mujer está embarazada, si se impone una relación sin preservativo, si se usa violencia física o psicológica añadida.
  • Según los datos del portavoz de la Fundación Scelles, en Francia se imponen 1.300 multas al año al amparo de esta Ley, la mitad de ellas en París. Desde 2016, han impartido 168 de estos talleres a grupos de prostituidores, el 100% varones: en total, 800 puteros, con edades entre 18 y 85 años.
  • La mayoría de estos hombres son casados y tienen hijos e hijas, lo que desmonta algunos mitos sobre la prostitución. El 60% está casado y el 70% tiene al menos un hijo. Pertenecen a una gran variedad profesional y social: estudiantes, empleados, parados, jubilados.
  • Algunos de los estereotipos que manifiestan son: “Es la profesión más antigua del mundo”, “Algunas lo han elegido, son libres”, “Sin mujeres prostituidas, habrá más violaciones”, “Es dinero fácil para ellas”.
  • Tras el taller, más del 80% de ellos afirma que su percepción de la prostitución ha cambiado y que ya no desea recurrir a ella. Algunas de las opiniones finales son: “Me quedo con que lo que les hacemos es inhumano”, “Tengo un sentimiento de arrepentimiento, de malestar… respecto a mi mujer y mis hijas”. Boisard y Hicher son conscientes de que estas respuestas pueden estar mediadas para contentar a los formadores.
  • También son conscientes de que la Ley abolicionista marca el inicio de un camino que es necesario impulsar. Los activistas franceses señalan que es en la policía donde más resistencias a la aplicación de la Ley están encontrando. Hasta el momento, son 700 las mujeres que han logrado completar su itinerario de salida, y están listas para su autonomía económica y habitacional, una cifra pequeña en comparación con las estimaciones de mujeres en prostitución en el país vecino –unas 40.000–. Además de estas 700, hay otras miles que están siendo acompañadas por las asociaciones que colaboran con el Estado francés. “Cada vida salvada es muy importante”, señala Boisard.
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