Por qué legalizar la prostitución no es compatible con la igualdad entre hombres y mujeres

El debate en torno a la industria de la prostitución y, por tanto, a la situación de las mujeres prostituidas, ha traspasado fronteras. El tema genera polémica dentro del feminismo, creando una división entre aquellas que se posicionan a favor del “trabajo sexual”, denominadas regulacionistas; y las que luchan por abolir el sistema prostituyente, llamadas abolicionistas.

Muchas conversaciones sobre el sistema prostituyente, entre personas informadas y otras no tanto, que no tienen completamente definida una posición frente a la prostitución, llegan a las conclusiones de que el abolicionismo no está bien explicado, no se entiende o tiene un discurso que ya no cala en la sociedad. Mientras, el discurso regulacionista va ganando terreno, con ideas que, en primera instancia, parecen ir de la mano con el progresismo y la liberación de las mujeres.

¿Qué es el abolicionismo?

La prostitución es una problemática social que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Más de cinco millones son víctimas de trata con fines de explotación sexual, según la Organización de Naciones Unidas (ONU)1. La UNODC prevé que por cada víctima registrada hay al menos 20 que no aparecen en las estadísticas. A esta cifra habría que añadir aquellas que afirman ejercerla libre y voluntariamente. Las estadísticas oficiales acerca de las mujeres que se encuentran en situación de prostitución en cada país son escasas o inexistentes. Aún más dificultoso es precisar una cifra exacta en las estadísticas mundiales.

El delito por trata de seres humanos con fines de explotación sexual está tipificado por las leyes, los convenios y tratados internacionales -como el Protocolo de Palermo (2000), enmarcado en la Convención de Naciones Unidas contra la delincuencia organizada trasnacional, ratificado en España en el año 2002-, pero no hay ninguna ley establecida en contra de la prostitución, únicamente del lucro por la prostitución ajena. Por ello, cada país establece su marco legal ante la problemática, en la mayoría de los casos omitiendo su situación y discusión entre la clase política y manteniendo la prostitución en un marco de alegalidad.

En el año 2010, Naciones Unidas aprueba el Plan de Acción Mundial para Combatir la Trata de Personas, tras haberse ratificado los convenios de 1904, 1910, 1921, 1933 y 1949. España se limita a implantar el Plan Integral de lucha contra la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual 2009-2012 y, posteriormente, el de 2015-2018.

Según datos de la ONU en 2016, el 70% de las víctimas por trata sexual son mujeres y niñas. La trata de mujeres existe porque la demanda de prostitución es inabarcable con la oferta actual, por lo tanto la primera es consecuencia de la segunda. España ocupa el tercer puesto en los países del mundo y líder de la Unión Europea en consumo de prostitución2. El debate se encuentra en auge en este país, cuyo origen es de carácter abolicionista.

Las feministas abolicionistas también inciden en que el ejercicio de la prostitución implica la desigualdad de género, que debe combatirse con la educación de las nuevas generaciones.

La prostitución, ¿es una cuestión de género?

El sistema prostitucional revela cifras esclarecedoras: la inmensa mayoría de víctimas de trata sexual son mujeres y niñas. Este dato indica que nos encontramos ante una cuestión de género: las mujeres son las prostituidas y los hombres son los demandantes de prostitución y los proxenetas.

La mirada de la sociedad ante la prostitución, además, crea una discriminación entre las mujeres: las decentes y las indecentes, las esposas y las prostitutas, las respetables y las desechables; las privadas y las públicas. Simone de Beauvoir añadía la separación entre mujeres perdidas y mujeres honradas. “En la prostitución se resumen al mismo tiempo todas las imágenes de la esclavitud femenina”, añadía la filósofa francesa.

El foco del sistema prostitucional, según las expertas feministas, debe situarse en el varón: el demandante de prostitución. Él es el principal motor por el que existe esta industria y, a su vez, el más invisibilizado en el debate. El hombre crece en su adolescencia con la pornografía y con la creencia de que debe “hacerse hombre” y “macho” yendo de putas, como ocio y diversión y como derecho propio de su masculinidad. Se sobreentiende que ellos deben satisfacer una necesidad sexual, libidinal, inevitable, que a las mujeres no se les plantea. “La prostitución es una práctica por la que los varones se garantizan el acceso al cuerpo de las mujeres. El derecho incuestionable de todo varón a disponer del cuerpo de las mujeres, jóvenes preferentemente, por una cantidad variable de dinero”, indica la filósofa feminista Ana de Miguel.

No existe un perfil concreto del hombre demandante de prostitución: cualquier edad, físico, tipo de formación, empleo, raza, clase social… Lo único en común es el género masculino y que han sido educados en una sociedad heteropatriarcal y machista3. La superviviente de trata Amelia Tiganus asegura que “son nuestros vecinos, hermanos, padres, compañeros de clase, de trabajo, nuestros amigos, novios y maridos. La prostitución es un espacio donde los hombres reafirman su masculinidad hegemónica. Una “fábrica de putas”, señala Tiganus: “un campo de concentración de mujeres”. Un “harén para demócratas”, añade de Miguel.

La solución, desde una perspectiva abolicionista, radica en la educación de las próximas generaciones y en trabajar con la sociedad actual penalizando al demandante de prostitución, nunca a la mujer prostituida. “Nosotras, las mujeres, somos la principal materia de esta gran industria ilícita. Además, a nuestros hijos adolescentes, varones, les están mandando un mensaje de que penetrarlas por todos los agujeros simplemente por ocio no tiene absolutamente nada de malo, y que ser proxeneta es tan respetable como ser panadero. La respuesta de la sociedad debe ser contundente, si es verdad que apostamos por la igualdad entre hombres y mujeres, por el buen trato y por los derechos humanos”, declara Tiganus ante la polémica suscitada por las jornadas sobre trabajo sexual de la Universidad Da Coruña4.

¿Qué sucede con las mujeres que ejercen libremente la prostitución?

La primera cuestión que se suele plantear cuando en una conversación sale a la luz el tema de la prostitución es qué pasaría con las mujeres que realmente quieren ejercer la prostitución. ¿Qué sucederá con aquellas mujeres que no están oprimidas por las redes de trata y ejercen de manera autónoma y libre la prostitución?

Ana de Miguel sostiene el mito de la libre elección, mediante el cual las mujeres se encuentran coaccionadas por su situación económica, familiar o social; o, en su ausencia, toman la decisión por consecuencia de la educación sexual que han recibido como mujeres en una sociedad patriarcal, capitalista y androcéntrica, basada en el falocentrismo y en la visión de la mujer como objeto de placer y no como sujeto5.

Un argumento muy usado por el colectivo pro-prostitución es que hay que escuchar a las putas, que las abolicionistas deciden sin su voz. El abolicionismo, como movimiento feminista, no concibe ir en contra de la voluntad de las mujeres ni excluir a este colectivo del sistema. El abolicionismo, como movimiento feminista, tampoco está en contra de las mujeres que se autodenominan “trabajadoras sexuales”. El abolicionismo, como movimiento feminista, insiste en incluir soluciones para todas las mujeres en situación de prostitución y exige al Estado y a las instituciones internacionales, políticas públicas de lucha contra la trata, alternativas laborales para todas las mujeres en situación de prostitución -para aquellas que quieran abandonar el sistema-. Sin dejar a ninguna fuera del sistema, donde se encuentran actualmente debido al estigma generado social y políticamente contra la mujer prostituida.

La feminista Nidia Kreig defiende que “sostener que las mujeres pueden elegir en el contexto de desigualdad patriarcal y capitalista es dejarlas a merced del sistema prostitucional, en un grado de desamparo aún mayor, más brutal porque la explotación no estaría sólo legitimada por una naturalización, sino por la ley”.

¿Legalizar la prostitución como trabajo implicaría la liberación sexual de la mujer?

El movimiento abolicionista es tachado de puritano, anti-sexual, conservador, de carácter tradicional, cuando en realidad persigue la liberación sexual de la mujeres, su autonomía; y el fin de la cosificación, sumisión y degradación a la que son sometidas por los hombres, tanto las prostituidas como las no prostituidas, debido a que en el sistema patriarcal se legitima la prostitución bajo el precepto de que “todas las mujeres podemos ser prostituidas”.

La mujer se encuentra oprimida por dos sistemas que cooperan: el patriarcado y el capitalismo. Con libertad o no, de forma voluntaria o no; la mujer en la prostitución es el producto, la mercancía. De Miguel encuentra la explicación en un análisis marxista de la plusvalía: “Al igual que la capacidad humana de trabajar es fuente de valor y genera una plusvalía que la clase capitalista extrae a la clase trabajadora, en las sociedades patriarcales los varones extraen una plusvalía de dignidad genérica en todas sus interacciones con las mujeres”.

Carole Pateman señala en ‘El contrato sexual’ que “el amor libre y la prostitución son polos diferentes. La prostitución es la utilización del cuerpo de la mujer por un varón para su propia satisfacción, que no existe por parte de la prostituta. Es el uso unilateral por un hombre del cuerpo de la mujer a cambio de dinero”.

La revolución sexual viene dada en un contexto de ideología patriarcal, en la que -señalan Alicia H. Puleo6 y Kate Millet7– predomina la humillación de la mujer ante el placer erótico. En un marco de una sexualidad ligada al androcentrismo y al falocentrismo, incluso las integrantes del colectivo pro-prostitución admiten que las relaciones no son consensuadas, como en esta publicación de la Secretaria General de AMMAR8 de Argentina, Georgina Orellano9.

¿Por qué se habla de prostitución ante el sexo y el cuerpo y no ante otro trabajo?

La prostitución se señala como el oficio más viejo del mundo. Pero, ¿es realmente un trabajo? Julie Bindel, periodista de The Guardian e investigadora de Reino Unido, señala que “el interior del cuerpo de una mujer no puede ser un trabajo”. Beatriz Gimeno halla la explicación en el matriz cultural y social que define al sexo: “Si tener sexo fuera como dar un masaje, entonces el significado del sexo sería como el de dar un masaje y no estaríamos hablando de ello”.

La prostitución no puede clasificarse como cualquier otro trabajo, porque ningún trabajo debe generar las consecuencias psicológicas y físicas que provoca esta industria. Leonor G. Núñez, psicóloga argentina, señala que hay ausencia de registros oficiales sobre las consecuencias psicológicas traumáticas o lesiones físicas -como desgarros vaginales-, infecciones y enfermedades, así como el padecimiento social y represivo que sufren las víctimas y supervivientes de la prostitución. Estos datos los secunda la también psicóloga estadounidense Melissa Farley10: alienación, disociación mente-cuerpo, repudio de la sexualidad. O Magdalena González, incidiendo en el dolor pélvico crónico, desgarros perineales, lesiones provocadas por las penetraciones con botellas de vidrio o la utilización de picana eléctrica o empalamientos. Todo lo que se le ocurra y le apetezca al demandante.

Datos sobre la mesa: qué ha sucedido en los países que ya han implantado el modelo abolicionista y qué ha ocurrido con los que la han legalizado.

La vinculación directa entre prostitución y trata de mujeres, como se ha explicado anteriormente, la reconoce en sus informes sobre explotación sexual el Parlamento Europeo11. Se estima que la prostitución mueve alrededor de 186.000 millones de dólares estadounidenses anuales en todo el mundo, modificando el PIB de cada país.

Algunos países han implantado el modelo regulacionista, legalizando la prostitución, como Alemania (2002)12, Holanda o Uruguay. Los informes oficiales indican que la prostitución está legalizada y la trata continúa. Además, la ley dificulta la persecución de los delitos de trata de seres humanos y de proxenetismo, según un informe del Parlamento Europeo13. Alemania, junto a Holanda y Grecia, fue señalado por la ONU como unos de los principales países de destino de víctimas de trata y tráfico de seres humanos.

Por otro lado, los modelos abolicionistas de la prostitución implantados en Noruega y Suecia, señalados como referentes, han reducido la magnitud de la explotación sexual de las mujeres14. España continúa en el limbo de la alegalidad y la prostitución es un tema que no figura como prioritario en la agenda política.

Mi cuerpo es mío y yo decido

La prostitución afecta a todas las mujeres, no sólo a las que se encuentran en situación de prostitución. Enseña un mensaje a la sociedad de cosificación de la mujer, de legitimar la compra de su cuerpo para el disfrute sexual del hombre anulando su autonomía y eliminándola como sujeto de placer. “Todo el mundo acepta la prostitución como trabajo, excepto si la que tiene que trabajar de ello es su hija”, sostiene una superviviente del sistema prostitucional que consiguió abandonarlo hace seis años.

La Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH) ratifica que “es más fácil dar un carnet de trabajadora sexual que trabajar en políticas públicas integrales para abordar la problemática desde el Estado, por ello la clase política invisibiliza el problema y no profundiza”.

“Todas somos hijas, hermanas, madres, esposas… somos mujeres. Hay que profundizar más en qué es la prostitución y qué hay dentro de ella, no quedarse en la superficie de si podemos llamarlo trabajo sexual porque se gana dinero con ello. La prostitución no es un trabajo porque es violencia, lo elijas o no lo elijas”, reclama Yanelli, víctima también de la prostitución en Argentina y Paraguay.

“Sin revictimizar, sin estigmatizar y sin culpabilizar. Escuchad a las supervivientes de prostitución y trata y decidme en qué manera legalizar un sindicato de trabajadoras sexuales mejoraría su situación”, sentencia la investigadora Beatriz Ranea.

¿Qué reclama el movimiento abolicionista?

  • En primer lugar, el movimiento feminista en España reclama una ley abolicionista.
  • El desmantelamiento de las redes de prostitución, así como el cierre de los prostíbulos.
  • Condenas efectivas a proxenetas y sanciones a demandantes de la prostitución, tanto en territorio nacional como internacional.
  • Que la mujer en prostitución no sea penalizada; no es una delincuente. Así como que se erradique la violencia institucional ejercida contra ellas.
  • La garantía de derechos a las personas en prostitución, políticas públicas integrales y efectivas para su derecho al trabajo, educación, salud, vivienda; así como todos los derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales15.
  • Que los asesinatos de mujeres en prostitución se reconozcan dentro de las estadísticas como feminicidios y crímenes de género.
  • Trabajar desde la educación en igualdad para erradicar la prostitución16.

Más información: CAP (Coalition Abolition Prostitution)17

Notas al pie

1 https://www.traffickinginstitute.org/unodc-releases-2016-global-report/
2 https://www.publico.es/sociedad/prostitucion-espana-tercer-pais-consumo-prostitucion.html
3 ‘El putero español. Quiénes son y qué buscan los clientes de prostitución’: Rosa María Verdugo, Silvia Pérez y Águeda Gómez.
4 https://www.instagram.com/p/B2EhtitDGUx/
5 ‘Neoliberalismo sexual: el mito de la libre elección’. Ana de Miguel Álvarez.
6 ‘Dialéctica de la sexualidad’: Alicia H. Puleo.
7 ‘Política sexual’: Kate Millet.
8 Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina.
9 https://www.instagram.com/p/B19W3OmABxN/
10 https://geoviolenciasexual.com/melissa-farley-2/
11 http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+REPORT+A7-2014-0071+0+DOC+XML+V0//ES#_part1_def26
12 https://www.spiegel.de/international/germany/human-trafficking-persists-despite-legality-of-prostitution-in-germany-a-902533.html
13 http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+REPORT+A7-2014-0071+0+DOC+XML+V0//ES#_part1_def26
14 https://traductorasparaaboliciondelaprostitucion.weebly.com/modelo-nordico/modelo-nordico-paises-abolicionistas
15 ‘Trata y prostitución: herramientas para la lucha abolicionista’. Varias autoras. Argentina.
16 https://cadenaser.com/programa/2019/08/26/hoy_por_hoy/1566816049_467216.html
17 http://www.cap-international.org/campaigns/parliamentarians/

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