Supervivientes piden la abolición de la prostitución en Alemania, cuna del proxenetismo global

Mainz (Alemania) es una ciudad de 210.000 habitantes y al menos hay dos macroprostíbulos a menos de 100 metros de la estación principal de tren. Hace unos días en esta ciudad se celebró el III Congreso Mundial contra la explotación sexual de mujeres y niñasorganizado por The Coalition for the Abolition of Prostitution (CAP International -en español: Coalición por la Abolición de la Prostitución Internacional-), Solidarity with women in distress (SOLWODI) y Armut und Gesundheit in Deutschland e.V., con el lema:“Prostitución: ni sexo ni trabajo”.

CAP está integrada por 30 organizaciones abolicionistas de todo el mundo y Feminicidio.net acaba de ingresar a la coalición con el voto a favor de todos sus integrantes. Una de las principales labores de CAP es apoyar el trabajo de estas organizaciones para conseguir legislaciones estatales por la abolición de la prostitución y estándares internacionales con el objetivo de eliminar la explotación de mujeres y niñas; proteger, apoyar y dar salidas alternativas a las mujeres prostituidas; y empoderar a las supervivientes de prostitución y a las organizaciones con servicios de atención directa a las víctimas.

Tras las citas de París (2014) y Nueva Delhi (2017), el III Congreso Mundial tuvo lugar en una de las cunas del lobby proxeneta de Europa, Alemania, con uno de los modelos legislativos más devastadores para las mujeres ya que la legalización de la prostitución desde 2002, se ha convertido en uno de los motores de la economía alemana (en 2015 los ingresos del sector alcanzaban los 14.000 millones de euros, por encima de la industria del automóvil), a costa de la esclavitud sexual de las mujeres, la mayoría de ellas inmigrantes provenientes de Europa del Este y de países del sur. La legalización del proxenetismo convirtió a estos en supuestos empresarios, provocó el aumento de la trata con fines de explotación sexual y de la violencia ejercida por puteros en las prácticas sexuales que ofrecen los prostíbulos: tortura sistemática sobre los cuerpos de las mujeres.

LA MARCHA DE SUPERVIVIENTES

La convocatoria arrancó la tarde del 2 de abril con la marcha de supervivientes de la prostitución que inició Rosen Hicher 10 días antes desde Estrasburgo. Hicher, de 62 años, se unió a la lucha abolicionista en el 2009 cuando un putero habitual la llamó para preguntar por cuánto le vendía a su hija. En ese momento se dio cuenta de que la prostitución nos afecta a las mujeres en su conjunto, todas podemos estar en riesgo de ser prostituidas en algún momento de nuestra vida.

La Marcha de supervivientes de prostitución atrae la atención de los viandantes, que hacen fotos y videos a los carteles, sin llegar a sumarse en a la convocatoria. En pleno centro de la ciudad las supervivientes miran a la cara a los puteros que salen de los prostíbulos en un espacio público marcado en exceso por luces rojas de neón, que se disputan el protagonismo con los comercios de la zona debido a los que los prostíbulos están al lado de cafeterías y hamburgueserías, como si se trataran de un comercio como cualquier otro. Parafraseando a nuestra compañera Amelia Tiganus, activista superviviente por la abolición de la prostitución, en su presentación durante el congreso internacional: “la gente saldría de su indiferencia si las paredes de esos prostíbulos fueran transparentes ya que estaríamos obligados a observar la violencia extrema que ejercen puteros y proxenetas sobre mujeres que el Estado proxeneta ha puesto en situación de vulnerabilidad”.

Rosen Hicher (Francia), Marie Merklinger (Alemania), Amelia Tiganus (Rumanía-España), Sandra Norak (Alemania), Mickey Meji (Sudáfrica), Cherie Jimenez (Estados Unidos), Rachel Moran (Irlanda), Marie Drouin (Canadá) y Simone Watson (Australia). Son las caras de las supervivientes de prostitución que han llegado al congreso: no reflejan odio, ni rencor, ni siquiera rabia. Tienen la determinación de quienes conocen el infierno, han salido de él y luchan para que otras no pasen por el horror que ellas han atravesado. Tienen la serenidad y la seguridad de quienes caminan sin olvidar a sus hermanas esclavizadas en prostíbulos. Tienen el coraje de quien sabe que su lucha es justa y necesaria. En los últimos años, el movimiento de supervivientes de prostitución ha crecido en distintos países del mundo y los testimonios de las víctimas del sistema prostitucional son clave para desenmascarar las mentiras propagandísticas del lobby proxeneta.

SITUACIÓN EN ALEMANIA

En Alemania, la legislación tiene regulada la prostitución desde 2002 como un trabajo más gracias a los socialdemócratas y los verdes, que aprobaron la ley con la inacción de los conservadores, tal y como alerta Alice Schwarzer, fundadora de la revista feminista alemana EMMA.

El Prostitute Protection Act de 2017, incluye un registro para mujeres prostituidas que se realiza mediante un formulario, tal y como narró durante su intervención Marie Merklinger, superviviente de prostitución en Alemania. La investigación para comprobar si están siendo forzadas o han sido traficadas solo toma a los agentes alemanes unos 10 minutos.Por supuesto, medidas de seguridad como los botones de pánico dentro de las habitaciones de los prostíbulos, se implantaron en Alemania sin la confianza de Merlinker: “¿Cómo se supone que van a alcanzarlos desde la cama?”. Además, destaca que el sistema está construido para albergar a las víctimas de trata y hacerlas pasar por “trabajadoras sexuales”: las mujeres no necesitan si quiera tener una dirección de residencia, ya que existe la posibilidad de pagar 90 euros para que todo el papeleo se realice por e-mail.

El comisario de policía Manfred Paulus, especializado en prostitución y crimen organizado en Alemania, aseguraba que la influencia de las organizaciones criminales no están limitadas al distrito rojo: intentan entrar en otras áreas de la sociedad para multiplicar sus beneficios. Cita a un magistrado italiano especialista en crimen organizado, Roberto Scarpinato, que reflexionó con él sobre la normativa alemana: “pensáis que la mafia es algo de Italia o Japón, pero si yo fuera de la mafia elegiría Alemania para hacer negocios”. Y es que, como destaca el comisario, para traficar con armas o drogas, es necesario hacer una inversión importante para empezar a ganar dinero. Con las mujeres en prostitución no pasa eso porque el producto son ellas sin necesidad de inversión alguna y además pueden ser explotadas durante un largo periodo de tiempo.

Para Sandra Norak, superviviente alemana que fue captada y explotada por el método loverboy, “la dignidad humana no es una cuestión relativa que cada individuo puede adaptar […] No se puede permitir que los puteros nos conviertan en objetos de uso y abuso”.

NI SEXO NI TRABAJO

Amelia Tiganus, superviviente rumana prostituida en España en más de 40 prostíbulos, abrió las conferencias el jueves 4 de abril denunciando el proceso de fabricación de la puta y el sistema prostitucional formado por Estados, proxenetas y puteros. “[La prostitución] tiene mucho más que ver que con el proceso de captación. Empieza mucho antes, cuando se nos empobrece porque la mayoría procedemos de países del sur global o de Europa del este”, denunciaba. La pobreza, como factor de riesgo de las mujeres, es fundamental para el sistema prostitucional, que se aprovecha de la vulnerabilidad y la falta de oportunidades de estas mujeres. Para ella, los proxenetas han descubierto una forma de captación muy peligrosa que no requiere de la violencia estereotipada que se atribuye a las víctimas de trata: “Al menos en España, los puteros quieren putas felices, un producto en buen estado, sin golpes, sin moratones y sin lágrimas. La inmensa mayoría de nosotras hemos sufrido agresiones sexuales durante la infancia y la violencia sexual se convierte en arma de destrucción masiva que facilita la captación por las redes de trata. Es así como nos despojan de nuestra humanidad para después vendernos la salvación en estos países ricos donde nos convertimos en esclavas sexuales y en diversión de los hombres del primer mundo”, resumió.

Durante 18 años he trabajado con estas mujeres y no he conocido ni una sola que lo hiciera porque quería”. Lea Ackerman, fundadora de SOLWODI, es consciente del daño que hace la propaganda del lobby proxeneta. El argumento del ejercicio en libertad se ve truncado por las realidades en prostitución. Pero además, es profundamente injusto para con las mujeres y niñas más vulnerables que no tienen esa opción. “Quizás hay un porcentaje minoritario de mujeres que lo hacen en buenas condiciones y a ellas solo les pido solidaridad con el resto de mujeres, que están siendo forzadas a prostituirse en contextos horribles”, insistió Marie Merklinger.

Para la investigadora y psicóloga clínica alemana Ingeborg Kraus, la prostitución es violencia sexual: “Fisting, sexo anal sin protección, juegos con heces y orina… No se puede regular eso. Solo se puede abolir la prostitución”. Las consecuencias psicológicas de mujeres en prostitución son tan devastadoras que muchas necesitan medicación para lidiar con la realidad vivida: “la mayoría están ahí hasta que se quiebran, porque no ven salida, están atrapadas en su trauma y su vergüenza”. Mickey Meji, superviviente sudafricana, alerta de que aunque la prostitución se haya presentado como una fuente de ingresos para mujeres, las mujeres no encuentran salida de la pobreza gracias a la prostitución: salen aún más dañadas y traumatizadas.

Además, Alice Schwarzer citó a una superviviente que había colaborado con ella y que aseguraba que “lo peor no es que tengo que abrir las piernas. Lo peor es que siempre tengo que estar de acuerdo con él, asentir y hacer lo que pide. Y esa es la mayor humillación”. Esa exigencia de estar presentes y de participar activamente de las actividades que propone el putero es uno de las principales fuentes de trauma. Y es que la disociación, la capacidad de abstraerse de la realidad física y trasladarse mentalmente a un lugar en el que no se da la violencia sexual sufrida, es un mecanismo de defensa identificado en supervivientes de todo el mundo. “La prostitución siempre ha sido una cuestión de poder y no de sexo: los hombres compran poder, no sexo”, continuaba Schwarzer. En este sentido, Amelia Tiganus apuntó que los puteros consumen prostitución “porque no quieren oír un ‘no’. Por eso compran un ‘sí’.

Para Elke Mack, fundadora de Armut und Gesundheit in Deutschland e.V., los puteros compran el supuesto derecho a usar el cuerpo de las mujeres prostituidas. Por lo tanto, son ellas las que tienen que sacrificar su propio deseo para atender los del putero. Mack propone además iniciar un proceso de apelación ante el Tribunal Constitucional alemán para plantear la prostitución, tal y como interpreta el movimiento abolicionista, como una forma de violencia contra las mujeres y niñas y una violación de la dignidad y los derechos humanos.

La violencia sexual ejercida contra las mujeres en prostitución está tan generalizada y normalizada que los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística español aseguran que cuatro de cada diez varones en España ha consumido prostitución alguna vez en su vida. De los otros seis de cada diez, es también probable que las experiencias personales con la violencia sexual sean un pilar fundamental en su rechazo a la prostitución. El mismo Gerhard Trabert, fundador de Armut und Gesundheit in Deutschland e.V. junto a Elke Mack, contó una experiencia personal en una consulta: una paciente le tocó el trasero durante un examen médico. Lo primero que pensó fue: “¿Cómo se atreve?”. Melissa Farley, histórica investigadora feminista autora de algunos de los estudios más relevantes sobre prostitución, recordó a uno de los cientos de puteros que entrevistó para sus investigaciones, que no estaba seguro de si debía formar parte de la muestra. El hombre le había manifestado sus dudas al haber consumido prostitución solo una vez en su vida, sin querer volver. Intrigada por las razones que le hicieron rechazar la prostitución, le insistió para que participara y descubrió que no había consumado el acto sexual con la mujer prostituida porque había visto en ella la misma mirada de desesperación que él tenía siendo pequeño, cuando era víctima de abusos sexuales por parte de un cura.

NORMALIZACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN

“Vivimos en un país en el que la prostitución no solo no está prohibida, sino ampliamente aceptada por la sociedad. Cuando vienen estrellas internacionales se ha convertido en común mencionar lo bien que se lo pasaron en la gran noche que estuvieron en el burdel”, aseguraba Schwarzer. La normalización de la prostitución como atracción turística no pasa solo por la instalación de prostíbulos cerca de estaciones de tren o en los centros urbanos más frecuentados. Las estrellas de rock, futbolistas, políticos, empresarios, jueces, etc. tienden a valorar positivamente la opción de establecer un pago como método para conseguir el consentimiento de las mujeres más vulnerables, reforzando las estructuras de poder de las que ya se benefician y que perpetúan con su acción o inacción.

También las propias mujeres prostituidas normalizan la violencia sexual sufrida en prostitución. En Mainz fue Gerhard Trabert quien mencionó la “paradoja de la satisfacción”, que define el comportamiento humano en situaciones difíciles: “Las personas tienden a describir su situación como algo más positivo de lo que es en realidad, para poder lidiar con ello”.

“Los medios de comunicación masiva intentan tergiversar el discurso y nos hacen pensar que prostitución es sinónimo de prostituta y que las decisiones que tomamos las mujeres de países empobrecidos tienen mucho que ver con la libertad individual y nada con un auténtico sistema que nos prostituye”, denunciaba Amelia Tiganus.

¿Y qué hacemos con los puteros? Melissa Farley citaba a un putero que entrevistó para su estudio: “Estaba forzada. Lo podía ver en sus ojos. No tenía voluntad. Aún así tuve sexo con ella porque había pagado por ello”. Su reacción fue contundente y arrancó el aplauso del público en el auditorio: “Que no me hablen de formación para puteros, porque saben perfectamente lo que hacen”. Quizás sea precisamente el momento de que el estigma cambie de bando y es que, según los estudios de Farley, las políticas disuasorias más efectivas son la exposición pública y la penalización. Las que menos, cursos sin consecuencias legales.

“En España, los asesinatos de prostitutas no son reconocidos como violencia machista. No cuentan como cifras oficiales”, denunciaba Amelia Tiganus. “Nosotras hemos documentado 48 mujeres asesinadas desde 2010. La aplastante mayoría de las víctimas son provenientes de los países de origen de trata y han sido brutalmente asesinadas por puteros”. Haciendo referencia a estas estadísticas, denunció la falta de propuestas abolicionistas de cara a las Elecciones Generales de 2019, así como las candidaturas como las de Ada Colau o Albert Rivera que proponen la legalización de la prostitución en España.

CUARTA OLA CON EL MOVIMIENTO DE SUPERVIVIENTES

“Gracias a las supervivientes alemanas por hablar no solo contra una institución patriarcal milenaria como es la prostitución, sino también un sistema estatal que se beneficia de la explotación sexual de mujeres”, concluía Rachel Moran, superviviente irlandesa prostituida desde los 15 hasta los 22 años.

“Tenemos que detener esta barbarie que destruye la vida de millones y millones de mujeres de países empobrecidos”, exigía Amelia Tiganus. “Porque yo decido honrar la memoria de todas mis hermanas, lucharé con todas mis fuerzas para dejar un mundo mejor para las mujeres que vienen detrás de mí. Hoy estamos haciendo historia. Y espero que algún día veamos un mundo sin prostitución. Pero si no llegamos a verlo, siempre habrá sido un honor y un orgullo haber formado parte de un movimiento tan noble y tan justo como es el movimiento abolicionista”, concluyó.

ALGUNOS DATOS DESTACADOS

  • Más del 56% de las mujeres tienen hijos/as y la gran mayoría enviaban dinero a sus familias en sus países de origen y solo el 10,9% era realmente independiente. El resto eran dependientes de algún hombre (investigación de Sabine Kallauch citada por Michaela Huber).
  • Las consecuencias de la prostitución son muy claras: un estudio de 38 países dice que la mayoría quieren salir, que tienen estrés post-traumático y la esperanza de vida son 35 años (citado por Michaela Huber).
  • El 90% de las mujeres prostituidas en Alemania vienen de los países más pobres de Europa, no usan protección adecuada y casi no hablan alemán. Muchas son tan dependientes del prostíbulo, incluso duermen allí (Ingeborg Kraus).
  • Encuesta a 299 mujeres prostituidas realizado por Maiti Nepal: el 15,4% de ellas eran menores de edad y un 65% aseguró que fue la falta de oportunidades laborales en sus pueblos de origen lo que las forzó a ser prostituidas (Bishwo Khadka).
Nerea Novo Paleo

Analista de datos y redactora

Licenciada en Periodismo, ocupa la posición de analista de datos y redactora, además de representar a Feminicidio.net en foros e instancias internacionales.

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