Alika Kinan: “El Estado es de lejos el mayor y peor de los proxenetas”

Juicio Alika Kinan
Hay heroínas que no necesitan llevar capa porque son el vivo ejemplo de la valentía y la resiliencia. Esta reconocida superviviente de la trata y la prostitución, aun temblándole todo, decidió en 2016 agarrarse al arrojo de quien no tiene nada que perder y se atrevió a desafiar a sus proxenetas llevándoles a juicio. Al hacerlo ganó la primera causa en el mundo donde una víctima, después de haber sido rescatada de 16 años de esclavitud sexual, se convirtió en querellante de sus explotadores y del Estado Municipal que el propio Tribunal de Casación Federal argentino consideró “rufián y proxeneta”. Un paso que le dio “la oportunidad inmensa de generar jurisprudencia. La denuncia me sirvió para cambiar el curso de mi vida y creó una onda expansiva para otras muchas mujeres que deseen ser dueñas de sus vidas”, dice.
Por Nuria Coronado Sopeña

Hoy Alika Kinan, dueña y señora de sí misma, inspira y expira abolicionismo por todos sus poros, ya que de no ser por él no habría podido recorrer y superar un camino que comenzó a los 14 años -cuando fue violada por el hermano de una compañera de colegio- y que continuó durante 16 años como esclava sexual en Argentina y Europa. Sin él tampoco habría podido restituir la dignidad negada a su madre y sus tías también prostituidas, trabajar contra la trata y la prostitución desde la Fundación que lleva su nombre “para contribuir a mejorar los procesos de análisis, formulación, desarrollo y aplicación de la legislación y las políticas públicas en la materia”;  ni rodearse del amor más grande que se puede tener: el de su familia y su compañero de vida. La recompensa a  tanto dolor “es seguir estando de pie”, nos dice.

– ¿Qué queda de la Alika estafada y engañada por la vida? ¿De la Alika llevada al abismo y a la prostitución?

– De aquella que fui queda la mujer que soy hoy. Queda el cómo me he plantado ante todo lo vivido. No voy a romantizar el sufrimiento y la experiencia terrible que tuve que atravesar, pero hoy he decidido quedarme con lo que sirve, con lo que me construye, que no es otra cosa que la fortaleza, la cautela, el dolor y el recuerdo.

Quedan todas las sensaciones, el montón de sueños de la niña que fui, los proyectos y el resultado de todo aquello que me empujó a acelerar la construcción de una mujer fuerte. También queda todo aquello que consiguieron sacara de mí aun ahogándome, y empujándome al abismo. Sigo en pie y enfrentándome a mi pasado para que no le suceda a ninguna mujer más. Queda cómo aplico mi experiencia para el bien social y cómo he logrado transmitir todo aquello en conocimiento y formación. Queda el cómo construyo la empatía en función de las experiencias propias y ajenas pero sabiendo que todo lo que sucede a las mujeres es por el hecho de nacer mujeres. Elijo todo esto que queda en lugar de quedarme con el abismo.

– ¿Es solo la pobreza la que obliga a las mujeres a la peor de las cárceles como es la de la trata y prostitución?

– La pobreza no es la única causa que empuja a la trata, la explotación sexual y la prostitución. Es una de las tantas. Hoy incluso hay más motivos que ayer debido a la normalización de la cosificación del cuerpo de las mujeres. Lo vemos en las revistas, la televisión, las redes y también sin tapujos en cualquier escuela o universidad.

Hay una idealización de la explotación sexual, una romantización de la hipersexualización que si bien antes se escondía con la excusa de la moralidad, hoy lejos de los moralismos, con la ética secuestrada, nos lleva a no discernir entre el bien y el mal para perdernos en un camino que solo privilegia a los varones. Esto en países con economías emergentes como Argentina, México, Brasil o Colombia, donde el discurso de la explotación sexual está más normalizado, está muy claro. Por eso es tan importante que haya formación feminista. Porque el feminismo es sinónimo de la defensa de los derechos humanos y no cede a los discursos que se aprovechan de la ignorancia de la gente.

“Hay una idealización de la explotación sexual, una romantización de la hipersexualización”

– Ser la primera querellante contra tus proxenetas y el Estado y ganar el juicio ¿fue tu mejor venganza? ¿Hay justicia suficiente para restituir todo aquello que “asesinan” a niñas y mujeres en un prostíbulo?

– No considero que mi denuncia sea una venganza. Es una revancha, que es diferente. Es un acto de justicia que me dio la oportunidad inmensa no solamente a que yo abriese la puerta para generar esa jurisprudencia, sino a cambiar el curso de mi vida. Y esa oportunidad a su vez es una onda expansiva para otras muchas mujeres que deseen ser dueñas de sus vidas. De hecho valoro mucho este gran aprendizaje porque ha permitido que no solo en Latinoamérica, sino en todo el mundo, se hable de lo que no se hablaba y que quien era explotada deje de ser quien se esconda y no cuente su historia por el estigma social.

Hablar en redes, en conferencias, ser escuchada en las universidades es increíble. Es una experiencia maravillosa que agradezco de corazón y que compensa la otra justicia que nunca se dará ni me resarcirá de todo lo vivido, de todo el daño y la tortura y de todo aquello que me hizo perder la dignidad.

En términos económicos no hay dinero suficiente para pagarme y resarcirme todo lo vivido. Y en justicia, una condena de nueve años, no salda lo que nos arrebataron a las mujeres y las niñas. Además la sentencia se quedó en tres años porque el proxeneta no dio problemas en la cárcel y por ser un preso ejemplar salió libre antes. A mí me queda un sabor amargo a la hora de pensar cómo actúa la justicia, pero fueron las condenas estipuladas.

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Imágenes del juicio ganado por Alika Kinan en Argentina. En 2016 se querelló contra sus explotadores y el Estado Municipal, al que el Tribunal de Casación Federal argentino consideró “rufián y proxeneta”.

– ¿Qué hay del miedo en todos estos años? ¿Se abandona en algún momento?

– El miedo ha ido cambiando. En 2016 estaba aterrorizada por declarar en el juicio y el miedo a que me buscasen y me matasen también lo sentía por enfrentar la realidad de todo lo vivido y darme cuenta con ello de que era víctima. Y es que si una tarda muchos años en reconocerse como víctima es aún peor cuando tienes que declarar que lo eres ante un tribunal y ante la sociedad. Yo no sabía cómo la justicia iba a interpretar todo. Si me iban a creer o no y cómo iba a ser aquello en función de cómo se construye la imagen de la víctima perfecta.

Sentía miedo porque siempre he sido una mujer de mal carácter, una mujer que le gusta disfrutar de la vida, que vive de una manera libre o al menos lo intenta. Tenía miedo a la controversia, a la mirada de la sociedad que no iba a entender por qué viví en España, por qué tuve hijos… a mi vida en general. Después de eso he trabajado mucho el miedo para vivir sin él. Es un desafío. No se trata de vivir sin miedo a morir. Se trata de vivir sin miedo a vivir. Yo ahora no tengo miedo a vivir ni tampoco a morir. Solo quiero ser libre.

“Estaba aterrorizada por declarar en el juicio y el miedo a que me buscasen y me matasen también lo sentía por enfrentar la realidad de todo lo vivido”

– ¿Qué secuelas arrastras?

– Un montón. Cada día trabajo para que no se noten, para suavizarlas. Son secuelas de por vida que afloran de repente y me dan la sorpresa a mí o a quienes trabajan conmigo. El estrés postraumático se manifiesta de miles de maneras: con la depresión, la ansiedad, el pánico. Es toda una bolsa llena de patologías que llegan sin golpear a la puerta, entran y se plantan frente a ti sin importarles que hayan pasado doce años. El trabajo está en enfrentarte a ellas para que cada vez sean menos y combatirlas de la mejor manera y más efectiva.

– ¿Se habla más de las prostituidas que de los puteros y proxenetas?

– Siempre es más fácil hablar de las mujeres que de los responsables de nuestro dolor porque nadie quiere reconocer que hay víctimas de trata. Es más sencillo mencionarnos a nosotras que ponerse frente a las cuerdas y sentirse responsable por permitir que haya mujeres prostituidas. No solo hay una responsabilidad de lo que nos pasa entre quienes pagan por sexo y se enriquecen a costa de la explotación de las mujeres prostituidas. También la hay por parte de un Estado y una sociedad para quienes convivir con la esclavitud sexual no es un hecho clandestino ni algo aislado, sino algo normal y justificado con aquello de que hay mujeres que lo hacen porque quieren o porque con ello ganan mucho dinero. No dar ninguna explicación ni hacer autocrítica por lo que realmente sucede con nosotras o directamente negarlo es tener una sociedad cómplice del delito de trata y de la perdida de dignidad de las mujeres.

“No solo hay una responsabilidad de lo que nos pasa entre quienes pagan por sexo y se enriquecen a costa de la explotación de las mujeres prostituidas. También la hay por parte de un Estado y una sociedad”

– ¿Son los Estados los mayores proxenetas?

– El Estado es de lejos el mayor y peor de los proxenetas. ¡Y mira que he tenido muchos proxenetas! En Argentina existe un fondo fiduciario de asistencia y contención para las víctimas de trata que data del año 2017. Pues bien, ¡no se aplicó nunca! Si bien se han embargado propiedades provenientes de la trata y se han convertido en dinero líquido o cambiado a moneda extranjera y local, ese dinero se ha usado para hacer carreteras. ¡Es un acto de corrupción usar en otras cosas ese fondo para restituir derechos a las víctimas de asistirlas!

Antes sacaban dinero a través de impuestos a los proxenetas mientras que hoy nos usan a nosotras para que mediante nuestras declaraciones se embarguen bienes en los juicios sin impactar en nuestras vidas. Yo no me arrepiento de nada, hice lo que me correspondía, lo que debía hacer como ciudadana. Me comprometí con la causa y la justicia. Son la justicia y el Estado quienes han fallado. Si bien no he cobrado la indemnización, tampoco fue asistida por el fondo. Son ellos los que fallan para no hacerla efectiva y poder seguir violándonos. 

– ¿Qué diferencia a un putero con dinero de uno que no lo tiene?

– Honestamente, salvo en la cantidad de billetes en el bolsillo que tengan, no les diferencio en nada a unos de otros. Todos son varones con poder y con privilegios por encima de las mujeres por el hecho de ser hombres. Quizá el putero con menos dinero destila más odio y resentimiento porque tiene que conformarse con la mujer que puede pagar para violar. No con la que le gustaría. Sea como sea, el hecho de pagar por sexo es un acto de odio hacia las mujeres.

– Te has reinventado y empoderado fomentando el conocimiento académico y estando al frente de tu propia organización. ¿Qué te ha aportado y has aportado a la sociedad con ello?

– Mi posición es muy complicada porque al ser responsable de una organización significa que tengo que formarme no solo en lo académico, también en gestión, en incidencia política… Yo hubiese querido formarme en otras cuestiones. Tengo un impulso creativo y artístico que no he podido desarrollar por falta de tiempo. Sea como sea es necesario explicar por qué es vital que las mujeres prostituidas tengan trabajo ya que además sus hijos se van a ver beneficiados por la restitución de los derechos de sus madres. Es importante cortar con la cadena del sistema prostituyente.

Estoy imbuida en la vorágine de llevar una organización, fortalecer a otras mujeres y a eso sumar la vida familiar. He podido aportar mucho la sociedad no solo desde lo académico y el conocimiento en ámbitos universitarios que me ha puesto en posición de respeto, también hemos trabajado en la asistencia, el acompañamiento a víctimas, el que accedan a trabajos dignos. A la restitución de su dignidad y proyecto de vida.

“El hecho de pagar por sexo es un acto de odio hacia las mujeres”

– Cuando se pasa de superviviente a referente ¿qué es lo que desde fuera no se ve sucede dentro?

– Me es difícil ser referente. Es un lugar que he esquivado mucho porque es mucha responsabilidad ya que se te exige la perfección, cumplir con los deseos y expectativas de quienes te siguen. Te miran desde el cómo comes, cómo vives, cuánto gastas. No me veo como tal. No estoy dispuesta a entregar mi vida absolutamente a nadie, para vivir en libertad es necesario plantarse ante los deseos de los demás. Ese es mi caso. Yo no quiero vivir en función de nadie. Vivo en función de mis propios deseos para mí misma y mi familia.

– ¿Qué significa ser madre y tener una familia junto a un hombre que está a tu misma altura?

– Alfredo estaría muy agradecido de esta pregunta. Agradezco a la vida el compañero que tengo, ha sido increíble tener un proyecto de vida y construir desde el amor esta familia con él. Él ha sido sanador. El hecho de poder acceder a la justicia y haberme convertido en una lideresa política respecto a políticas públicas ha sido sanador, pero cuando una vuelve a casa, y yo he cambiado de domicilio más de diez veces en los últimos años por cuestiones de seguridad y de protección para mi familia, regresar al hogar, es lo más importante porque es volver con los tuyos. Es estar con ellos e involucrarte en la crianza, es dar amor a seres humanos que dependen de vos y de ese amor.

Para poder dar amor hay que estar completa. Cada día me retan porque me hacen poner todas mis fuerzas, no caer en la angustia por mi propia historia de vida. Quiero criar a mi familia, disfrutar de ella. La adoro. Elijo cada día amarlos y permitirme ser amada, me permito disfrutar de ella. Cada día me toca enfrentarme y mantenerme cuerda por mí y por ellos.

Y por supuesto lo logré porque he tenido un compañero de vida que ha estado a mi lado y ha sabido comprenderme y acompañarme con todas sus torpezas. Ha estado a la altura de las circunstancias que requieren acompañar a una mujer víctima y victimizada y que hoy tiene una fortaleza titánica. No es fácil convivir con alguien que como yo viene pasada de rosca. Él es quien pregunta cuando llego a casa sobrepasada de trabajo por dónde empezamos para acabar cuanto antes y dedicarnos a nosotros. Gracias a él hemos tenido un proyecto de familia increíble. El mayor proyecto de amor para toda la vida que se puede tener.

– ¿Qué le dices a Irene Montero, quien pretende abolir la prostitución debatiéndola antes? ¿La invitas a que se vaya a uno de los prostíbulos con sus compañeras de partido?

– La ministra peca de ignorancia y de desconocer claramente una problemática social que va más allá del término que da nombre al delito jurídico. Peca de la ignorancia que comparten quienes siendo servidores públicos no van al supermercado o no conocen la realidad del pueblo. Uno debate cuando desconoce el problema. Y este es su caso.

Es una mujer que desconoce las problemáticas de las mujeres y no es solo con la trata sino con otros temas. Parece que viene de otro planeta porque cualquier mujer con problemas no tiene su posición. No sé si la mandaría al prostíbulo, porque es mandarla al infierno y condenarla a la tortura infinita. No creo que nadie se merezca eso. Sí le recomendaría que organizara mesas de sobrevivientes del delito y que se rodeara de asesoras que sean sobrevivientes. Necesita expertas y no hay mayor experta que una sobreviviente. Está claro que en su trabajo no le alcanza con sus funcionarias.

– En este punto ¿qué le pides a la vida?

– Le pido tiempo para materializar los proyectos que tengo en marcha, para disfrutar del amor, de esta etapa de mi vida que es increíble. Quisiera no dormir para poder vivir y disfrutar más allá de esta vorágine laboral donde pasan cosas lindas. Me lo merezco, mi familia lo merece y también quienes están a mi alrededor.

Uno de mis mayores anhelos como mujer exprostituida explotada en Latinoamérica y Europa es que España pueda tener una legislación abolicionista de la prostitución y de los vientres de alquiler. Sería importante abolir todo aquello que nos hace daño y nos instrumentaliza para beneficio de otros, desde el poder de los varones a pagar por sexo a “subrogar” vientres. Ojalá en España haya una ley integral abolicionista que permita a las mujeres salir de la prostitución y se cierren los burdeles y el lucrativo negocio que es a través de la deshumanización de las mujeres. También anhelo que por supuesto se penalice a quien pague por sexo. Que a España no le pase como a Argentina. ¡Ojalá puedan ser un país donde se trabaje para restituir los derechos y la dignidad de niñas y mujeres!

“Uno de mis mayores anhelos como mujer exprostituida explotada en Latinoamérica y Europa es que España pueda tener una legislación abolicionista de la prostitución y de los vientres de alquiler”

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