El discurso del lobby proxeneta en el Congreso

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Lo más bochornoso fue el desparpajo con el que varias de sus señorías, la tarde del miércoles pasado, en la Comisión de Igualdad que emitió dictamen sobre el Proyecto de Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual, defendieron lo mismo que pide el lobby proxeneta: la impunidad del proxenetismo y de los compradores de sexo. Esto en el patriarcado capitalista implica la legalización de la industria de la explotación sexual en todas sus dimensiones económicas: desde el prostíbulo que produce ingresos para el ayuntamiento, pasando por los dividendos que se obtienen del turismo putero (España es uno de los destinos favoritos en los foros de puteros de otros países); o turismo de congresos y convenciones, que mueve dinero empresarial derrochado en prostitución de lujo; unas pocas ciudades europeas concentran el turismo de convenciones y dos de ellas son Barcelona y Madrid. Y qué decir del propio Estado convertido en proxeneta con los numerosos casos de niñas prostituidas en centros de menores tutelados de País Vasco, Islas Baleares, Madrid, aunque conocedores del tema advierten que en toda España hay prostitución de niñas tuteladas. A fin de cuentas, lo que defendían sus señorías exigiendo que se quitaran los artículos del proxenetismo y la tercería locativa, es que los hombres sigan teniendo el privilegio de acceder al cuerpo de las mujeres a través de violaciones con previo pago.

La prostitución es la primera y principal productora de la violencia sexual. La violencia sexual más antigua y atávica. No reconocer la prostitución como violencia sexual ni a sus perpetradores y explotadores como agresores sexuales y delincuentes, es degradar el concepto de violencia sexual y pervertir su significado, a propósito de esto, el título de la ley hace referencia a la “garantía integral de la libertad sexual”, lo que significa que deja fuera a las mujeres prostituidas: unas pueden ser libres según la ley. Otras no…

Los diputados y diputadas de Unidas Podemos, Ciudadanos, ERC, la CUP, PNV, Bildu, que se negaron a que se incluyeran los artículos de penalización del proxenetismo y de la tercería locativa, solo fueron capaces de caer en la falacia de separar trata de las mujeres que lo eligen, algunos incluso dijeron que esas mujeres no pueden quedar desamparadas ya que “la prostitución es su medio de vida y si penalizamos a los proxenetas las criminalizamos a ellas”. ¿De verdad creéis que ser penetrada por boca, vagina y ano por hombres a cambio de dinero puede ser un trabajo? ¿Conocéis el significado de dignidad humana y de dónde viene? ¿Consideráis que la prostitución puede ser un trabajo digno? Más allá de las contradicciones de cierta izquierda que se manifiesta neoliberal y misógina en esta cuestión y de la derecha que tampoco se ha mostrado hasta ahora proclive a que España se comprometa firmemente a erradicar la prostitución, en la votación final de las enmiendas de la ley, lo que vimos desde la retransmisión del Canal del Congreso fue un clima de nerviosismo generalizado en la sala, con argumentos muy pobres y solo centrados en la mayoría de las exposiciones en quitar los artículos de proxenetismo y la tercería locativa. Fue tan fuerte la presión de estos grupos parlamentarios que eran capaces de tumbar la ley orgánica de violencia sexual si no se quitaban dichos artículos. ¿Por qué defendían con tanta vehemencia (de manera encubierta) a la industria de la explotación sexual bajo el escaparate de “las trabajadoras sexuales que lo hacen voluntariamente”? ¿Por qué en las comparecencias de expertos y expertas contaron con la presencia del Sindicato Otras y la ausencia de supervivientes de prostitución que desmontan la propaganda del trabajo sexual y cuentan la verdad de cómo es vivir dentro de ese campo de concentración? La lista de eufemismos utilizados por sus señorías no alcanzó a disimular la hipocresía de legitimar la impunidad de proxenetas y puteros. Y tenéis un problema muy serio, os habéis retratado con la ciudadanía y principalmente con vuestros votantes, que os pedirán explicaciones de por qué habláis con el mismo discurso del lobby proxeneta.

Según un informe de la Fundación Scelles[1], España ocupa el tercer lugar del mundo en consumo de prostitución, detrás de Tailandia y Puerto Rico pero no hemos llegado a convertirnos en el prostíbulo de Europa de la noche a la mañana. Desde hace casi tres décadas la prostitución, al amparo del limbo legal en el que continuamos en 2022, ha crecido sin freno en ciudades y zonas rurales donde pululan clubes de alterne de carreteras. Tampoco hay cifras confirmadas de cuántos hay realmente, pero las informaciones hacen referencia a unos 1.500 clubes. La prostitución también está enmascarada como actividad de centros de ocio, hoteles, conglomerados de viviendas particulares, y en los últimos tiempos, en las ofertas de internet.

Hay que tener en cuenta que la sostenibilidad económica de este país tiene una importante dependencia del turismo -y por ende de los ingresos del turismo de explotación sexual-. El turismo aportaba al PBI español el 15% en 2019, antes de la pandemia por COVID-19 pero: ¿Qué porcentaje de este turismo es por explotación sexual? Las mafias y redes proxenetas, junto a otros negocios asociados a la prostitución y la trata: tráfico y venta de drogas (hay que tener en cuenta en este rubro el papel que juega el circuito del crimen organizado), empresas de seguridad privada (en torno a los burdeles y clubes de alterne), publicidad, hostelería, ocio nocturno, agencias de viajes, páginas webs de oferta sexual… han contribuido a que el Estado español haya consolidado un modelo productivo basado en la explotación sexual de mujeres y obtenga ingresos millonarios de la prostitución mientras el proxenetismo campa a sus anchas. Sus ingresos junto con los del tráfico de drogas fueron incorporados al PBI en 2014. La prostitución genera unos cinco millones de euros al día que supone un 0,35% del PBI español. Los compradores de sexo gastan alrededor de 1.530 euros cada año, una cifra similar a lo que gastan los hogares de media en ocio, espectáculos y cultura.

Como sociedad civilizada que aspira a la igualdad real entre hombres y mujeres nos alejamos aún más de ese objetivo si consentimos que este país continúe siendo uno de los prostíbulos de Europa y la prostitución un medio de producción y de ingresos de un Estado cuya deuda pública se situó en el 118,4 en 2021. ¿Acaso nuestros gobernantes pretenden que parte de esa deuda se pague con la explotación sexual que provoca miseria, sufrimiento, violencia y destrucción de la vida de miles y miles de mujeres, la inmensa mayoría de ellas, mujeres pobres de países del sur global? ¿Acaso leéis los periódicos que publican constantemente noticias de redes de trata que captan a niñas y mujeres vulnerables para ponerlas a disposición de puteros y se aprovechan de que el proxenetismo aquí es prácticamente impune debido a que la prostitución está regulada ni tan solapadamente? Los grupos parlamentarios que el otro día distéis la espalda a los derechos de las mujeres, habéis cometido la ignominia de ignorar intencionalmente el fondo y problema de lo que nos jugamos como sociedad.

Sabemos que el lobby proxeneta ha convertido a España en un laboratorio de cómo doblegar a gobiernos y Estados y que le interesa la legalización del proxenetismo por el lugar geográfico y geopolítico que ocupa este país a nivel mundial en el tráfico y trata de personas con fines de explotación sexual. Sabemos que una de las estrategias del lobby proxeneta es atacar al movimiento feminista y normalizar su discurso de legitimación de la prostitución.

El miércoles pasado se perdió la oportunidad histórica de empezar a cumplir con tratados internacionales que España ha firmado e incumple como Estado pero lo bueno es que los grupos políticos que obstaculizaron la penalización de todas las formas de proxenetismo y la tercería locativa han quedado retratados y más temprano que tarde tendrán que rectificar sus posiciones ya que es inadmisible que sus argumentos sean los mismos del lobby proxeneta.

Afortunadamente, la otra cara de la moneda nos muestra un país con un movimiento feminista fuerte que siguiendo la senda de las sufragistas de comienzos del siglo XX no va a detenerse hasta conseguir una ley abolicionista del sistema prostitucional. Y como las sufragistas, las feministas abolicionistas del siglo XXI centran su lucha por los derechos de las mujeres desde una perspectiva global, más allá de fronteras, ideologías y partidos políticos, gobierne quien gobierne, de manera transversal, como corresponde a una cuestión de derechos humanos. La movilización diaria del movimiento feminista está despertando a distintos sectores de la ciudadanía y también cada día crece más el movimiento abolicionista de la prostitución, que es interclasista, interétnico, de distintas ideologías y conectado a nivel mundial. La cuarta ola del feminismo ha puesto en el centro a la abolición de la prostitución y ya ningún gobierno de este país podrá quitar de la agenda política de las mujeres esta vindicación histórica.


[1]https://www.fondationscelles.org/pdf/RM4/1_Book_Prostitution_Exploitation_Persecution_Repression_Fondation_Scelles_ENG.pdf

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